[English below]
El mundo de la música siempre ha tenido un factor nefasto y negativo alrededor suyo: El machismo, sólo así se explica que los machirulos de turno y trues negados sigan pensando tras 4 discos de estudio, uno en directo y un ep que Jinjer están ahora mismo en la cresta de la ola sólo por la figura de su vocalista Tatiana Shmayluk, por suerte para el resto tanto si nos gustan como si no musicalmente, sabemos que la banda ucraniana tiene un background muy grande y han tocado en todo tipo de escenarios antes de llegar al estatus que tienen hoy en día.
Para su cuarto disco la banda ha vuelto a sus raíces principales y ha aparcado bastante ese toque progresivo y retorcido que hizo de Macro un disco que gustó y disgustó a partes iguales, siendo justos el disco se acaba haciendo un pelín largo y repetitivo hacia el final del mismo.
En este la banda desde su pelotazo inicial “Call Me A Symbol”, deja claro que el groove vuelve a latir en el seno musical de la banda y presenta una estructura digna de una de sus bandas de cabecera, estos no son otros que Lamb Of God, si escucháis bien la violencia de la batería y lo cabreada que suena Tatiana, es normal pensar que si la cambias por Randy Bythe podría ser un tema de LOG perfectamente, así que este es un inicio impresionante.
En esa especie de montaña rusa sonora que es el sonido de Jinjer hay lugar para un tema como “Colossus”, que si bien presenta una estructura más progresiva que la anterior combinada con ciertos toques djent, la diferencia está en que no se te acaba haciendo larga y disfrutas con cada una de las partes de la canción, por no hablar del “breakdown” que presenta que te deja noqueado y por el cual bandas como Polaris, Northlane, Bad Omens o cualquiera de los grupos del estilo siguen estando unos pasos por detrás de los ucranianos.
Y por el contrario tenemos en “Vortex” (el último single de la banda) uno de los momentos más “accesibles”del disco pero entendamos esta palabra como complemento ante una base rítmica muy potente y unas guitarras afiladas que no te dan respiro, amén del puente melódico en el estribillo en donde podemos comprobar la amplitud de registros que presenta Tatiana y por los cuales destaca entre sus compañeras de profesión.
Y a los que les gustan los temas rápidos, ojito con el bombazo que es “Copycat” , un ritmo frenético digno de bandas como SOAD que te deja exhausto y aún así entra a la primera escucha.
Si hay algo que define a Jinjer es su personalidad, esa que les hace crear temas como los citados y luego disparar con “Disclosure!” uno de los temas más intensos del disco y que pese a lo complejo que es tiene eso que le faltaba al anterior disco para enganchar al oyente.
Resumiendo, Jinjer han vuelto por la puerta grande y aunque llegados a su cuarto trabajo nos es más difícil encontrar el factor sorpresa tal y como ha pasado con Architects o Slipknot, la banda suple este factor con un disco muy bien trabajado, cargado de buenas canciones y que supera a su predecesor, haciendo que nos preguntemos dónde está el techo de Jinjer, porque escuchado este disco, sinceramente cuesta mucho verlo e incluso imaginarlo.
Texto: Lucas Capeluto
English:
The world of music has always had a disastrous and negative factor around it: Machismo, only in this way can it be explained that the machirulos on duty and denied trues continue to think after 4 studio albums, one live and an ep that Jinjer is on right now on the crest of the wave only for the figure of its vocalist Tatiana Shmayluk, luckily for the rest whether we like them or not musically, we know that the Ukrainian band has a very large background and they have played in all kinds of stages before reach the status they have today.
For their fourth album the band has returned to its main roots and has put aside that progressive and twisted touch that made Macro an album that was liked and disliked in equal parts, being fair the album ends up being a tad long and repetitive towards the end of the same.
In this the band, since its initial hit “Call Me A Symbol”, makes it clear that the groove beats again in the musical bosom of the band and presents a structure worthy of one of its head bands, these are none other than Lamb Of God, if you listen well to the violence of the drums and how pissed off Tatiana sounds, it is normal to think that if you change her for Randy Bythe it could be a LOG song perfectly, so this is an impressive start.
In that kind of sonic roller coaster that is the sound of Jinjer there is room for a song like “Colossus”, which although it presents a more progressive structure than the previous one combined with certain djent touches, the difference is that it does not end up making you long and enjoy each of the parts of the song, not to mention the “breakdown” it presents that leaves you knocked out and for which bands like Polaris, Northlane, Bad Omens or any of the groups of the style are still a few steps away. behind the Ukrainians.
And on the contrary we have in “Vortex” (the last single of the band) one of the most “accessible” moments of the album, but let’s understand this word as a complement to a very powerful rhythmic base and sharp guitars that do not give you respite, amen of the melodic bridge in the chorus where we can verify the breadth of registers that Tatiana presents and for which she stands out among her professional colleagues.
And for those who like fast songs, watch out for the bombshell that is “Copycat”, a frenetic rhythm worthy of bands like SOAD that leaves you exhausted and still enters the first listen.
If there is something that defines Jinjer, it is his personality, the one that makes them create songs like those mentioned and then shoot with “Disclosure!” one of the most intense songs on the album and that despite how complex it is, it has what was missing from the previous album to hook the listener.
In short, Jinjer have returned through the big door and although upon reaching their fourth job it is more difficult for us to find the surprise factor as it has happened with Architects or Slipknot, the band supplements this factor with a very well worked album, loaded with good songs. And that surpasses its predecessor, making us wonder where Jinjer’s ceiling is, because after listening to this album, it is honestly hard to see and even imagine.
Text: Lucas Capeluto