Como bien comentaba con un amigo hace unos días, no hay grupo que supiese elegir el nombre para su grupo que MOSH, porque desde luego es un grupo que hace gala de este. Los navarros han lanzado su nuevo LP, Vértigo, bajo el sello de Maldito Records con Alex Cappa y Pablo Rousselon encargados de producir y mezclar el disco. Algo que sin duda hay que resaltar de este álbum es también su brutal portada con un Oni, un demonio de la cultura japonesa, elaborada por Guillem Bosch.
El pistoletazo de salida con Heridas es ya una declaración de intenciones de que el grupo no viene a tener canciones tranquilas y que va a ser una descarga de energía constante. Guitarras pesadas, batería y bajo muy duros y con un Iñaki desatado en el micrófono.
En Dale Más vemos la parte más hardcore punk del grupo con un mensaje de como a día de hoy nos quedamos “ciegos” ante las desgracias que siguen ocurriendo día tras días en todos los lugares imaginables.
Con Estamos Muertos ya encontramos cierto sentimentalismo, algo más de bondad en la lírica, pero sin dejar de lado la caña, con un sonido más orientado al metalcore cuando llegamos a la zona del estribillo en el que se combinan los registros guturales con los coros melódicos por parte del resto del grupo.
De nuevo el hardcore hace acto de presencia con el invitado de lujo en este disco: en No Busques Problemas el grupo cuenta con Rober, cantante de Bellako. Esto es otra declaración de intenciones por parte del grupo en algo muy básico en esta vida: si buscas problemas, al final encontrarás una respuesta y puede que no sea la que uno busca siempre en función de lo que te cuenten.
El dejar claro que hay que seguir en pie frente a toda adversidad que se avecina, Tiembla el Destino tiene una combinación de ritmos explosiva por los cambios de ritmo que llegan a ejecutar, con ese combo de nuevo de voces en el estribillo del grupo.
La velocidad y la bestialidad con el hardcore vuelven con Lo que Quieres. Aquí el grupo sigue con la línea de que como le busques las cosquillas a alguien corres el riesgo de que se sufra una consecuencia por parte de la persona que sufre los ataques, sin mirar la bondad que pueda llegar a tener después de haber sufrido tanto.
El comienzo de Vete es un verdadero rompecuellos, no hay momento para el respiro con este disco como comentaba en el comienzo. Esto es un verdadero mazo con otro mensaje de hartazgo ante el momento en el que llega esa gota que hace rebosar el vaso que tenemos a nivel interno.
Y continúa el rompecuellos con Entre mis Manos. Aquí los sonidos del metalcore se fusionan con muchos estilos como ha declarado el grupo a la hora de lanzar el disco, y esta simbiosis les ha salido perfecta.
Llegando casi al final del disco, Viejos Perros hay algo que destaca sin duda: los efectos de las guitarras que le dan un toque perfecto, sin dejar de lado la unión coros-Iñaki. El momento de respiración del disco llega precisamente en este disco con un breve corte de audio que añaden con un discurso para luego romper dando un final perfecto al tema.
La guinda del pastel llega con Química, que comienza de menos a más con la batería hasta que terminan de reventar. La adicción de la que se trata no debe malinterpretarse, porque estos chavales tienen su corazoncito aunque no lo parezca, cosa que dejan más que patente con la letra de esta canción por esa adicción que nos pueden provocar algunas personas.
El quinteto navarro ha lanzado un nuevo LP, después de 4 años, con 10 temas y de media hora de duración, pero es un disco redondo, no se le puede poner un pero, ya que ellos mismos dijeron que se han llevado tiempo investigando sonidos y temáticas preparando esto. Esa preparación ha sido la que les ha hecho sacar un disco muy atractivo para la gente que sea fan del metalcore, del hardcore y del punk. Lo que también son otras dos cosas: que puedes acabar poniendo de nuevo el disco una vez que termine si te ha gustado mucho y que, una vez que lo lleven al escenario para presentarlo, este disco va a ganar mucho más.