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Es innegable que el deathcore es un estilo que cada vez gana más y más adeptos y que se está ganando cada vez más hueco en los festivales, no hay más que ver nombres como Carnifex, Thy Art is Murder, Whitechapel o Chelsea Grin por citar unos ejemplos. Si hay un grupo que ahora está en boca de todo el mundo es Lorna Shore con su último EP …And I Return to Nothingless, compuesto por tres canciones, producido por Josh Schroeder en Random Awesome Studios, con una portada elaborada por Mariusz Lewandovski.
El inicio con To The Hellfire es una clara declaración de intenciones: un comienzo melódico hasta que se produce la explosión por parte del cuarteto de Nueva Jersey con una gran dosis de brutalidad. Las guitarras de Adam y Andrew tienen unos ritmos endiablados y la batería de Austin es una ametralladora en lo que velocidad se refiere. Pero lo que más puede llamar la atención es el registro vocal de Will Ramos, que parece una criatura salida del mismísimo infierno por los screams, growls y demás técnicas de canto que aplica. No es de extrañar que esta canción se esté volviendo viral en las redes.
La introducción de Of the Abyss con esos toques de coros y cuerdas le da un toque realmente atractivo que, cuando se combina con el ritmo del grupo, encaja a la perfección. Lo que deja claro el grupo es que no despegan el pie del acelerador y que en este disco lo han apostado todo si hablamos en dejarse la piel en cuanto a velocidad y pegada. La unión entre los cuatro sigue quedando palpable en esta canción, demostrando esa madurez que está cogiendo el grupo (y el propio deathcore como comentaba al comienzo).
Para cerrar el disco, encontramos la canción homónima, …And I Return to Nothingless, con otro comienzo con coros y cuerdas a las que se le suma un toque de órgano que le da un toque más sinfónico. De nuevo se produce esa simbiosis entre lo clásico y lo oscuro con un resultado perfecto y que nos deja un tema muy atractivo a la hora de escuchar y que resulta muy atractivo por esa unión.
El propio Adam declara que se han adentrado en mundos en los que nunca antes habían entrado y que querían investigar por no tener nada que perder. Desde luego esa apuesta les ha salido ganadora, ya que con este EP han demostrado que calidad y cantidad no tienen que ir siempre de la mano, porque con solo estas tres canciones han sacado un trabajo perfecto, lo que ha hecho que, a día de hoy, el grupo esté en boca de casi todo el mundo por este trabajo. Es un disco que se hace corto no por su duración, sino por ese sabor de boca de querer más y más.
It is undeniable that deathcore is a style that is gaining more and more followers and that is gaining more and more space in festivals, you can see it with names like Carnifex, Thy Art is Murder, Whitechapel or Chelsea Grin to name a few examples. If there is a band that is now on everyone’s mouth is Lorna Shore with her latest EP… And I Return to Nothingless, composed of three songs, produced by Josh Schroeder at Random Awesome Studios, with a cover by Mariusz Lewandovski.
The start with To The Hellfire is a clear statement of intent: a melodic start until the New Jersey quartet explodes with a great deal of brutality. Adam and Andrew’s guitars have a hell of a beat and Austin’s drums are a machine gun in terms of speed. But the most striking thing is the vocal recording of Will Ramos, who looks like a creature out of hell by the screams, growls and other singing techniques he applies. No wonder this song is going viral on the internet.
The introduction of Of the Abyss with those touches of choruses and strings gives it a really attractive touch that, when combined with the rhythm of the band, fits perfectly. What the group makes clear is that they don’t take their foot off the accelerator and that in this album they have bet everything if we talk about giving everything in terms of speed and blast. The union between the four remains palpable in this song, demonstrating that maturity that is taking the band (and the deathcore itself as I said before).
Finishing the album, we found the song of the same name, …And I Return to Nothingless, with another start with choirs and strings to which is added an organ touch that gives a more symphonic touch. Once again there is a symbiosis between the classic and the dark with a perfect result and that leaves us a very attractive theme when it comes to listening and that is very attractive because of that union.
Adam himself states that they have entered worlds they had never entered before and that they wanted to investigate because they had nothing to lose. Of course that bet has won them, since with this EP they have shown that quality and quantity don’t always have to go close, because with only these three songs have brought out a perfect work, which has made, to date, the group is on the mouths of almost everyone for this work. It is a record that is short not for its duration, but for that taste of wanting more and more.