Hoy nos encontramos con un caso especial, porque hablar de Igorrr, es hablar de más que de metal, más que de música electrónica, siendo uno de los artistas más experimentales y emotivos en sus composiciones, las cuales en su mayoría se ausentan de letras, dejando a los instrumentos dialogar entre sí, buscando nuevos escenarios y sinergias posibles; en cambio, no vengo a hablar de ellos como grupo sin más, este año, tras la anterior limpieza de sus redes de su antiguo material, nos traen el trabajo Spirituality and Distortion, un LP que promete ser inspiración y tendencia para las épocas venideras.
Música del Mundo y Ruido Blanco, el camino a seguir
El álbum arranca con Downgrade Desert, un prefacio de lo que viene, un Opus de la obra, ¿os he dicho que la producción de este álbum es un salto cualitativo? porque es innegable a lo largo de las 14 canciones que recoge, es que está mimada hasta la extenuidad la producción de este álbum.
Hablamos de sonidos que trascienden las culturas de las que provienen, de músicas del mundo que parece que olvidemos o sencillamente contemplemos a través del marcos de la historia y lo vintage, como si no hubiese más pasos a seguir y como si las vanguardias musicales no hubiesen hecho manifiestos para apelar a la experimentación y el mundo siguiese siendo un marco diegético legible de forma borrosa y en lenguajes antiguos.
El caso e sque Igorrr demuestra un gran conocimiento de cultural musical, fusionando estos sonidos con el Madcore, el Black Metal, el Death Metal y un repertorio inimaginable de efectos sampleados y estructurados. El título del álbum y el de las canciones no engañan, literalmente describen el sonido que vas a encontrar pero sin saber a ciencia cierta el como mezclará de acá y de allá, cómo se forma un Frankenstein tan bello y tan peculiar al mismo tiempo.
Nos quiere transportar a la cápsula mental de cada uno y apelar a los sonidos que conocíamos y subvertir a través de los géneros nombrados anteriormente abarcando así un espectro sonoro y diegético nuevo.
Hablamos un álbum donde podemos encontrar Very Noise, un tema percutivo y Glitch, justo antes la gran oída colaboración con el cantante de Cannibal Corpse George “Corpsegrinder” Fisher, el tema Parpaing, siendo este de los ejemplos más amarillistas pero al mismo tiempo más ilustrativos de lo que pretenden, subversión y Ruido hecho música, aunque ya sabemos muchos que la diferencia entre ruido y música es subjetiva.
Ciertamente podría seguir y seguir hablando de la experiencia musical que supone escuchar a este artista y el cómo con este álbum consigue unificar todo el trabajo que lleva haciendo durante años para y por la música (y por vivir claramente, todo artista tiene su artesano interior), es más, el cómo cómo incluye sonidos de objetos que no son instrumentos, siguiendo uno de los prefijos de los padres de la música electrónica en Francia, y dándole de esta forma por fin, un hueco entre todos nosotros.
Si todo lo dicho no te dice nada, es que este artista y este álbum no son para ti, pero si por otro lado buscas experiencias experimentales que jueguen con la composición electrónica vanguardista, los sonidos clásicos y géneros del Core y del Metal, esta obra te va a embaucar.
Un saludo, y nos vemos en el foso.
POR: JUANCA ROSAURO