Nace Kruela, una banda de punk rock directo desde el norte, de Bizkaia, cuna de tanto punk de calidad. Una banda formada por miembros con mucha experiencia, viejos rockeros que han pasado por diferentes formaciones y que ahora en Kruela buscan unificar gustos y cocinar un punk rock con estilo propio y con ingredientes variados. Recién salido del horno, a finales del mes pasado vio la luz el primer LP, de título homónimo, como es tradicional. “Kruela” cuenta con 11 cortes y un bonus track para cerrar 40 minutos de punk rock a ratos melódico, atrevido, sin complejos y muy directo.
En la portada encontramos un diseño animado rico en detalles, con una tipografía muy atractiva y que representa claramente la intención del grupo de mostrar la decadencia social, humana y del planeta en general a causa de la mano del hombre y sus oscuras e interesadas intenciones. Rostros desencajados, expresiones enfermas y esperpénticas en interacción conflictiva, vómitos, basura e incendios completan esa maravilla sórdida que recuerda a esos portadones del Reno Renardo. La canción que más queda representada en este diseño es el bonus track “Muerte y destrucción”, canción que versa sobre la mala actuación humana en el planeta, la normalización del maltrato animal y el daño irreversible que hemos y estamos provocando como especie, cuyo único remedio, en opinión de Kruela, es la extinción propia.
Comienza el LP con “Qué sabes tú”, una canción que carga contra el individualismo que impera en esta podrida sociedad, un mensaje ácido que denuncia a las actitudes prejuiciosas y la falta de equidad y empatía en el trato para con el prójimo. Una canción muy punk clásico, con sus coros vocales y su melodía agradable. Buen comienzo. Le sigue “Perdiendo el tiempo”, el tema elegido para grabar un clip que se puede disfrutar en las plataformas digitales de multimedia, en el canal de Maldito Records. Otro canto a la libertad, al disfrute sin complejos, sin prejuicios, sin normas. Sonido fresco, melódico, a caballo entre punk rock en lo musical, y el pop en lo vocal, una conjunción que no desagrada el oído si lo que quieres es mover el cuerpo y sentirte libre. El vestuario te sacará una sonrisa y en ese skate park pensarás, entre risas: “¡¡cómo han crecido y evolucionado Santa Justa Klan!!”. Buen rollo. Y cuando estás en esa onda creerás que ha saltado un vídeo de los mismísimos Ghost o Behemoth tocando en un bosque, pero ¡siguen siendo los vascos, siguen siendo Kruela! Tampoco entra Canelita al final del vídeo, el arte de esta peña no tiene límites. Desde luego, merece la pena echarle un vistazo a ese currazo de videoclip.
En “Clones”, los vascos critican con dureza aquellos artistas que han copiado y se han aprovechado de otros, los pioneros, achacando una evidente y alarmante falta de creatividad e identidad, y colateralmente, de empatía y compañerismo dentro del gremio de la música en general y del rock en particular. “Gogoan”, primer momento de “pausa” rítmica en este disco de alta velocidad, una canción más profunda, más sentida, pero con la misma fuerza que el resto. Otro tema rico en coros y variaciones musicales. De esas canciones que se escriben con el corazón en carne viva. Puro sentimiento. “Nadie escucha”: classic punk rock, el de toda la vida, añejo, melódico, bonito y otro mensaje directo a una población dormida: que despierte, que escuche, que actúe, que grite antes de que sea tarde.
“Caroline” y a bailar!, canción que pide directo a gritos, y a pogos, siempre y cuando esta maldita pandemia nos lo permita. De sabor clásico en lo que entendemos un claro guiño al tema de Kaotiko. Los de Bizkaia abarcan diversas problemáticas sociales como se puede comprobar, y en “Jackpot” nos cuentan el gran peligro de que supone la adicción a los juegos, la ludopatía, y cómo los jóvenes y los pobres arruinan su vida, su futuro por esta lacra. Chapó.
Estamos ya en la recta final del disco, habiendo repasado gran parte de los temas, nos encontramos con “Corre”, el tema de punk claramente más agresivo y crudo del álbum, y el mensaje requiere esa energía. Una descarga eléctrica en la que se amenaza e insulta a un tipo que supuestamente ha humillado y violado a la hermana del narrador de la historia. Un tema de cierre, a falta del bonus, duro, sucio, punzante y muy muy serio.
Para Algo de Rock ha sido un placer reseñar el álbum debut de una banda nueva, pero con muchas tablas y experiencia que estamos seguros dará mucho que hablar y que, cuando todo vuelva a la normalidad (la antigua, la normal), los disfrutaremos en los escenarios de salas y festivales del país, para llevar su energía, libertad y buen rollo punkarra a todos los rincones.
Salud!!
POR: ADRIÁN MADUEÑO ALARCÓN