De tanto en cuanto dentro de una escena determinada, aparecen grupos que suponen un soplo de aire fresco dentro de la misma y en cierto modo la “salvan” de la monotonía y el agotamiento creativo que a veces se vive entre los grupos que la conforman.
Este es el caso de los chicos de Oslo Ovnies, quienes como Virgen, Viva Belgrado o Ella La Rabia en su momento suponen una ráfaga de aires nuevos dentro del post-hardcore nacional tal y como pasó en su día con los tres nombres citados.
Para su nuevo disco la banda sigue explorando esos universos tan intensos que da el post-hardcore pero siempre manteniendo su personalidad por medio de las letras y una forma de tratar las canciones que hacía bastante que no se veía dentro de la escena del género.
En estas 10 canciones podemos recorrer un viaje astral que nos dará una integrante calma, nos hará plantearnos mil preguntas y que es mejor disfrutar a fuego lento y descubriendo en cada escucha que le demos sus múltiples secretos y paisajes.
El disco se abre con “Panóptico”, que ya nos advierte que el disco no es uno más de tantos sino algo distinto, la frase “La dependencia al propio sometimiento” ya es demoledora y trágica a la vez que brutalmente honesta y te deja noqueado pensando en si estarás haciendo bien las cosas para ti mismo, simplemente brillante e intensa.
El ritmo es misterioso y va creciendo con unos screams que se clavan dentro como un puñal y el puente más melódico encaja a la perfección y oxigena la pieza, sin comparar pero podría haber encajado en un disco de Dredg así como en uno de The Amity Affliction, sobre todo de la última etapa, aunque es sólo una referencia sin querer decir que suenan como estos grupos.
Más enérgica y menos experimental es “Holoceno”, un tema que entra la primera escucha y cuya contundencia te llena de fuerza mientras que su celestial puente te hará cantar el estribillo a pleno pulmón tal y como ocurría con bandas como Thursday o Finch en su día.
Lo bueno de estos chicos es que la producción es impecable no dejando ningún cabo sin atar, lo que hace que cada tema entre perfecto en la mente del oyente y se sumerja en el universo que el tema plantea.
De nuevo dejan una frase para el recuerdo: ” Poder sentir algo de calor en lo bello que en si mismo se esconde… en mi corazón”, hermosa e intensa a partes iguales.
“Ganges”, es un pasaje precioso e intranquilo a la vez que puro y cristalino por medio de los punteos y los arreglos de fondo que nos hacen mirar atrás y pensar en esos recuerdos que no podemos dejar atrás y que vivirán siempre con nosotros, nos hagan daño o no… En cierto modo es como si Viva Belgrado hicieran un tema más cañero que de costumbre pero con las letras de siempre.
Esa frase “No puedo parar de recordar, sin que me descuartice” es impresionante y dolorosa al mismo tiempo, pero es tan real que se te va a clavar en lo más profundo de tu ser y la recordarás por siempre.
“Boira”, fue uno de los primeros temas del disco que pude escuchar y ya por entonces me pareció intuir que aquí había banda y de las buenas y que se venía un disco diferente para lo que se suele escuchar dentro de este estilo y no me equivocaba.
Este es uno de los temas con más vocación de “Hit” que podremos escuchar dentro del disco y tiene toda la pinta de ser un bombazo en directo y si, vale algún eco a BMTH y Hands Like Houses tiene la canción pero de nuevo, es sólo una referencia como para insinuar que Oslo Ovnies son iguales a estas bandas o a otras, cuando no es para nada el caso.
“Laborans”, es un corte mucho más intimista con las voces casi susurrantes e inquietas pero que atrapan y sólo un punteo de guitarra como acompañamiento además de la batería como complemento… Pero la frase previa al estribillo te quiebra el alma en mil pedazos debido a su honestidad trágica y contundente: ” ¿Por que me siento tan desierto?, sólo y vacío por dentro… No hace falta decir nada más, está todo dicho y sentenciado…impresionante y hermosa a la vez que triste esta pieza que es una de las mejores del disco sin duda alguna.
Si hablamos de las colaboraciones del disco, también son bastante diferentes ya que Andoni (Kometa) aporta su toque vocal en “Demian” y es quizás el corte más alternativo del disco, en donde incluso hace acto de presencia una voz rapeada que encaja con la estructura del tema y los screams que le hacen de segunda voz junto a la voz melódica que acaba de redondear un tema bastante interesante y que me da curiosidad por ver como lo trasladan al directo.
“Colodión” cuenta con el inestimable aporte de Eneko Celestino (Hey! Bastian , Dawn Of The Maya , Marvin), un corte aplastante y más cañero que el anterior, quizás con ecos de los We Came As Romans o Memphis May Fire más alternativos sobre todo en las partes limpias y que seguro hará las delicias de los que gusten del post-hardcore en el idioma de Cervantes, pudiendo ser un pelotazo en directo.
Mientras que “Purga” cuenta con la aportación de Mike y Dani de Against The Waves, sigue un poco la tónica del anterior corte, con un sonido muy estridente y agresivo en donde se mueven como pez en el agua los chicos de Oslo Ovnies y los breakdowns que presentan son aplastantes y pueden provocar más de un mosh en cuanto lo puedan defender en directo.
Lo mismo ocurre con “Almahambrienta”, que marca la última parte del álbum antes de las colaboraciones y en cambio para el final se dejan “Istmo”, un corte hermoso y lleno de “feeling” honesto y desnudo. Quizás después de varios cortes más intensos, este tema es la mejor forma de cerrar el disco y lo hacen con un fraseado precioso y emocionante como ” Porque remaría hasta el fin del mundo sólo por encontrarte…”, los pelos de punta con semejante declaración tan bonita y emotiva, en directo puede ser un momento muy intenso hasta emocionar y sacar las lágrimas del público que sienta lo que pone la letra sin duda alguna.
No se puede poner ni un sólo pero a un disco tan intenso, completo y cargado de sentimientos y buenas canciones como este, sólo esperemos que este sea el comienzo de un viaje muy largo, porque el techo de Oslo Ovnies parece (visto lo ofrecido en este nuevo disco) inalcanzable.
Texto: Lucas Capeluto