Hoy necesito que cerréis los ojos…coged vuestro móvil, vuestro equipo de música o vuestros preciadísimos auriculares, buscad a la banda AHAB y procesad lo que contempláis ante vosotros. Hablamos de una banda alemana de Funeral Doom, un género que invita a la ambientación y a la recreación en las atmósferas pesadas, melancólicas y contrastadas propias del género. Como dato curioso, el nombre de la banda proviene del nombre de uno de los protagonistas de Moby Dick, el Capitán AHAB, marinero que ha metido el mar en sus ojos y no deja que nada más entre por esas rendijas al alma, cegado por la codicia y por la eterna rivalidad entre él y una gran ballena blanca llamada.
La banda, después de su último álbum The Boats of The Glen Carrig lanzado en 2015, mueve ficha y nos trae su primer disco live, Live Prey donde ha escogido y masterizado 5 temas tocados en directo de su álbum debut The Call of the Wretched Sea, durante el Death Row Fest 2017 en Jena, Alemania.
Para los no iniciados como yo, a primera vista un álbum de 5 temas parece resultar corto, pero si nos vamos al tracklist del mismo, nos encontraremos con las intenciones de la banda, donde su track más corto son 10min34seg. Y esque no os voy a engañar, no es una banda de grandes públicos (aunque tenga una gran cantidad de seguidores). Este hermano del Doom, pretende transportarnos sonoramente a espacios y realidades alternas de la manera más inmersiva y sugestiva posible.
Desde Below the Sun hasta The Hunt, la banda demuestra un control del tiempo y del concepto a manejar abismal; porque volviendo a Moby Dick, donde más allá de la amplia explicación de la caza de ballenas durante el S-XIX, nos muestra la vida, convicciones y relaciones del susodicho capitán, Ismael y Queequog.Básicamente, nos intentan poner en la piel de este ajado marinero que cegado por su obsesión, rodeado de un pasado tormentoso donde la familia y sus antiguas relaciones han sido devoradas por el mar que baña sus ojos, y por esta gran Orca Blanca, descrita a veces como un monstruo, un Leviatán que destruye y devora navíos.
La batería, que parece caminar y golpear a ritmo de las olas, se va desplegando y mostrando su ferocidad, junto con los sonidos ambientales de esas guitarras que rugen y crujen con los acantilados, rematados por esas letras casi narradas por el viento en calma que, de forma traicionera se convierte en el estruendo de la tormenta, en el agua crepitante y abismal que nos rodea en una tempestad, y en la bestia que acecha tranquila y paciente a su presa desde el fondo abisal del océano.
Y no puedo decir nada malo de este trabajo, los tracks han sido cuidados y mimados en su directo, en mí han conseguido transportarme a esos escenarios grotescos, azules y agrisados del mar, donde en su inmensidad podemos encontrarlo todo, y al abismo personificado. No es un álbum que recomiendo para todos ni por asomo, porque debemos saber lo que buscamos en la música, aunque sea a la misma esencia de ella; pero si te gusta el Doom, te gusta este hermano del Doom y disfrutas del ambientalismo y la ferocidad a tiempos lentos y contundentes, este es tu álbum.
POR: JUANCA ROSAURO