Han sido uno de los fenómemos más sorprendentes y frescos de los últimos tiempos en la escena europea y es que los suecos Blues Pills liderados por la vocalista Elin Larsson están en las antípodas de la mayoría de las bandas de Nuclear Blast (recordemos casa de Suicide Silence, Dimmu Borgir, Nightwish o Belphegor entre otros nombres ilustres del sello) y quizás por ello brillen con luz propia dentro del mismo.
Tras un sublime debut homónimo en 2014, que venía precedido de varios Ep’s en donde ya se podía tantear el talento que tenía la banda formada en Örebro y que estábamos ante una banda exquisita tanto en lo musical como en la parte vocal de Elin, una de las mejores cantantes surgidas en la última década, la banda editó en 2016 su segundo trabajo titulado “Lady In Gold”, que seguía la senda triunfal marcada por el debut y que tenía temazos como la propia “Lady In Gold”, “I Felt A Change” o “Little Boy Preacher”, hizo que su popularidad fuese creciendo como la espuma y comenzaran a tener seguidores por fuera de la burbuja del rock sueco y se expandiesen por el viejo continente e incluso por Estados Unidos y Australia.
Casi 4 años después nos llega el “disco definitivo”, ese tercer álbum con el que la mayoría de bandas se deberían consagrar del todo y dar en la diana de forma definitiva, aunque siendo justos en el caso de los suecos lo lograron con su debut pero todo hay que mantenerlo y esta es la misión principal de “Holy Molly!”. La cuestión es ¿Habrá merecido la pena tanto tiempo de espera?.
Analizado el disco la respuesta es un sí rotundo y es que Elin y los suyos han vuelto a demostrar que lo suyo no es fruto de un día y pasada la novedad pasan a ser “un grupo más” como ha ocurrido con otras formaciones a las que se las colocó como “salvadores del rock” y acabaron casi en la sombra de lo que fueron (eh Wolfmother…).
Si nos introducimos en este viaje alucinógeno no sólo encontraremos muchas de sus virtudes anteriormente mostradas en sus trabajos previos sino también que saldremos asombrados ante el talento que tienen para hacer que su sonido tan reto, sensual y exquisito suene fresco y actual al mismo tiempo.
Arrancamos el disco con una declaración de intenciones en “Proud Woman” y es que Elin se planta ante una industria dominada por los hombres y dice Aquí Estoy Yo y en muchos casos tengo mucho más talento que vosotros tanto si lo queréis ver como si no, por suerte los que no hacemos diversidad en el género sabemos apreciar el poderío vocal que esta mujer posee en su ADN, esto se plasma en una canción que aparte de la distorsión, toques psicodélicos, guitarras contundentes, se presenta como uno de los “himnos” ya no sólo del disco sino de la banda en general.
Pero no os confundáis en el disco no hay 3 singles y el resto pues a ver que se puede rascar, no señores esta es una banda en serio y todos, repito todos los tracks podrían ser singles perfectamente y nos parecería bien ya que la maestría es tal que todos tienen algo por lo que destacan en el álbum.
Prueba de ello es “Low Road”, un corte descarado y bastante rápido muy en la línea de los maestros Mötorhead combinados con sonidos propios del garaje rock de los 70 pero con el toque de producción necesario para que no sea una “mera copia” de aquellos grupos.
Sublime es decir poco cuando hablamos de “Dreaming My Life Away”, un dueto vocal entre el (ahora tras la marcha de Dorian Sorriaux) guitarrista Zack Anderson y la voz de Elin que intercambian pasajes vocales y su resultado es simplemente exquisito para el oyente, en cierto modo igual que ocurría con los míticos Fleetwood Mac y aquellos duetos inolvidables entre Lindsey Buckingham y Stevie Nicks.
En “California”, tenemos quizás la primera sorpresa sonora del disco ya que el country es lo que predomina a lo largo y ancho de la canción, es como una carta de amor pero hecha canción y como no con la voz de Elin como narradora principal en este caso más próxima a las grandes iconos del Soul, te deja noqueado por sus cambios de registro constantes y lo bien que se defiende en todos y cada uno de ellos, un diez lo de esta mujer.
Para la siguiente recomendamos poneros vuestras mejores galas ya que será imposible no bailar al sensual rítmo de “Rhythm and Blood”, un tema que como curiosidad está inspirado en la archi conocida serie “Game Of Thrones” y lo mismo ocurre con “Dust”, un corte totalmente sensual y que sonaría de perlas en cualquier bar con bailarinas danzando al ritmo del mismo mientras saboreas un buen trago añejo y te dejas llevar por su electrizante sonido.
Pero Blues Pills no son sólo una banda de rock blues, la música negra e incluso el gospel tienen lugar en el sonido de la banda y estos dos últimos se ponen de manifiesto en la siguiente pieza titulada “Kiss My Past Goodbye” que destaca por los coros gospel que encajan perfecto con la poderosa voz de Elin y además cuenta con un gran potragonismo tanto de la guitarra como de la batería, sin duda otra de las canciones que más sorprenden dentro del disco.
“Wish I’d Know” es simplemente sublime, es de esas canciones que resulta absurdo intentar explicar, es mejor que tú mismo te pongas los auriculares, cierres los ojos y te dejes llevar por el viaje que esta supone, simplemente de otro mundo lo de Elin y compañía.
Quizás la pieza que menos sorprenda sea “Bye Bye Birdy”, ya que presenta el sonido característico de Blues Pills, pero no te confundas no es que sea menos destacada, su explosiva combinación de rock y blues con toques de soul te dejará anonadado sobre todo porque comienza muy cañera para bajar las revoluciones hacia mitad del tema y acabarlo de forma explosiva dando la sensación de que acabas de escuchar tres canciones en una.
Intensa y hermosa es “Song From A Mourning Dove”, un tema que va increcendo y al cual quizás haya que dedicarle su espacio para que te conquiste pero a la larga acabará por hacerlo.
Para el final nos queda “Longest Lasting Friend”, una canción que sólo se hace acompañar por un punteo de guitarra pero que es suficiente para dejarnos en el suelo ante la capacidad de emocionar sin límites que tiene Elin con su voz.
Llegados a este punto podemos ya no decir sino afirmar que “Holy Molly!”, no sólo es uno de los mejores discos del año, por no decir de los 10 mejores seguramente sino que seguramente estemos ante uno de los mejores discos de rock de la década y no es una afirmación atrevida sino una realidad pura y evidente, Blues Pills han vuelto por todo lo alto y demostrando que 4 años no son nada si a cambio entregas una obra tan espectacular y completa como este nuevo disco.
Pero no nos volvamos locos del todo que aún queda lo mejor y es que para muchos Blues Pills son aún mejores en directo que en estudio, así que rezamos para que cuando esta pesadilla provocada por el Covid19 acabe y podamos volver a disfrutar de la música en directo, la banda incluya en su gira europea de presentación alguna o algunas fechas en nuestro país porque si eso ocurre la experiencia no sólo será única sino que también será necesaria de presenciar visto el nivel tan alto mostrado en este nuevo trabajo.
Blues Pills han vuelto y por suerte para quedarse mucho tiempo entre nosotros y les damos las gracias por ello.
Por: Lucas Capeluto