Nos toca hoy reseñar el nuevo trabajo de la banda vallisoletana Ciconia que verá la luz el próximo día 10 de febrero y que lleva por título Animal Chapters.
Ciconia son en la actualidad, Jorge Fraguas (Bajo), Dani Dean (Guitarras) y Héctor Galindo (Batería).
El anterior disco de la banda Winterize fue proclamado disco del año por la revista Mondosonoro. Eso nos da una ligera pista de la calidad que atesora la formación, que se caracteriza por riffs muy elaborados y enérgicos y composiciones alambicadas, llenas de cambios y originales variaciones.
Es este trabajo, un trabajo áspero, más fiero, muy amparado en coros y podríamos decir también que es un disco muy valiente, con muchos pasajes experimentales y una querencia por lo psicodélico que realmente nos ha sorprendido.
Abren con el corte Animalarium, un tema que nos zambulle en un paraje mágico, etéreo de una exquisitez máxima, antes de descerrajar una tormenta sonora canalizada por la batería y con una guitarra y un bajo súper enérgicos.
Predator Inside es una demostración técnica en toda regla. Una sucesión de cambios hilvanados a través de un riff de lo más original y un tema al que en cada escucha le encuentro matices nuevos.
A continuación, encontramos Scolopendra, tema que apenas da respiro y ya de inicio se muestra contundente y técnicamente impecable, con un lirismo y una sonoridad que es ciertamente emocionante. Es increíble la capacidad de generar atmósferas que tiene Dani Dean.
Quisiera hacer mención a la canción que eligieron como single Whales. Un verdadero trallazo. Épico, espectacular y de una sensibilidad máxima. Se le encuentran reminiscencias a Mastodon y también a RATM. Realmente es un tema brillante. Os recomiendo la escucha. Mucho.
Música Draconia, es a ratos una cuña de noticiario futurista, a ratos una tormenta de cascotes que se te echa encima sin compasión, a ratos, música de sala de espera en el dentista. Realmente no sabes muy bien a qué atenerte y eso es lo que resulta original y excitante. Todo ello con virtuosismo técnico.
Y encaramos ya el tercio final del disco, Golden Fleece, entra con toques orientales en un torbellino guitarrero denso, y ciertamente lúgubre. Poco amable. Como hemos dicho al principio no es un disco amable. Es como si todo lo sucedido en los tres últimos años, en modo de pandemia, aislamiento obligado, desazón generalizada y desesperanza, se hubiesen filtrado de los poros de los músicos al resultado final. Es este un tema adictivo pero desasosegante.
El penúltimo corte, Lullaby for a Platypus es un regreso a la calma medida, a una atmósfera de placidez, un corte melancólico y bello. Una llamada a la introspección y a buscar dentro de nosotros las respuestas que estemos buscando. Una verdadera canción de cuna para ornitorrincos.
Y cerramos el disco con Mammothman, un tema enérgico y poderoso. Sin concesiones, como el resto del trabajo. De una urgencia desesperada, como si se nos acabase el tiempo. Como si se hubiese acabado ya y esto fuese un epílogo denso y lleno de rabia.
La rabia descarnada del hombre mammut…
Texto: Edu Bestia