[English below]
Cuando hablamos del grupo de deathcore Lorna Shore y su relación con los cantantes, la lista es larga, ya que casi todos (obviamente me refiero al caso de CJ McGreery) se marcharon del grupo para tener éxito en bandas de más nombre. Hasta que llegó un muchacho llamado Will Ramos el pasado año y, solamente con un EP de tres canciones, puso al grupo en lo alto del género por sus habilidades en el micrófono.
Tras una gira de presentación de ese EP, ha llegado el tan esperado primer LP con esa nueva formación, Pain Remains, producido por Josh Schroeder a través de Century Media Records.
Un elemento a destacar es, sin duda, la incorporación de un bajista (Michael Yager) a la formación, ya que en el anterior trabajo solamente contaban con voz, dos guitarras y batería. Creo que es algo bastante importante, ya que ayuda a afianzar los ritmos de base y, por supuesto, la contundencia de los sonidos.
En lo que respecta a lo instrumental, creo que no hay mucho que destacar que no se conozca ya de esta banda: estos muchachos parece que tienen como misión particular el destrozar el oído de quien se ponga una de sus canciones o discos por el nivel de brutalidad que hay. Las guitarras, cuando no están con una velocidad anormal en los riffs de las estrofas, escuchas unos solos impresionantes. Y qué decir que no se haya dicho ya con la batería y el bajo, que han sabido entenderse a la perfección y que, con esa nueva incorporación, le da ese toque necesario de fuerza.
Los breakdowns siguen siendo habituales en sus canciones para provocar alguna que otra fractura de cuello para después volver a la velocidad y la fiereza que les caracteriza. Pero, sin duda alguna, si hay algo que destaca en este disco, a nivel instrumental, es la balada dividida en tres actos y que recibe el nombre del propio disco, aunque cada uno de los fragmentos, con su título en particular. Más de una persona se pensará que me he vuelto loco a la hora de meter en la misma crítica las palabras deathcore y balada, pero no hay más que escucharlas para sentir y notar la pena y la tristeza que se quiere expresar en ello.
¿Qué decir de Will que no se sepa ya si aún no se le conoce? Pues creo que se puede decir de una manera muy breve: no es de este mundo. No sé si este chaval viene del inframundo o de otro planeta, pero lo que es capaz de hacer con un micrófono apenas he logrado verlo en otro grupo (si alguien no me cree que busque los vídeos que tiene en su canal de Youtube cantando en solitario, sabrá a lo que me refiero). Volvemos a escuchar esos growls y pig squeals que te dejan boquiabierto.
El deathcore es un género que ya lleva bastante tiempo entre nosotros y ha dado grandes nombres como Whitechapel, Suicide Silence o Thy Art Is Murder que han conseguido ponerse en el Olimpo de ese estilo y, a su vez, acabar en las filas altas de los carteles de las giras y los festivales en los que participan. Ahora, Lorna Shore, en un corto espacio de tiempo, han logrado empezar a subir el camino de ese Olimpo con bastante velocidad, siendo muy merecido por sus méritos. Aunque se sea reacio a este tipo de grupos, si te gusta lo bruto, hay que darle una prueba tanto a este disco como a este grupo.
English:
When we talk about the deathcore band Lorna Shore and their relationship with singers, the list is long, as almost all of them (obviously I’m referring to the case of CJ McGreery) left the group to succeed in bigger name bands. Until a guy named Will Ramos came along last year and, with only a three-song EP, put the group at the top of the genre for his skills on the microphone.
After a tour to present that EP, the long-awaited first LP with that new lineup, Pain Remains, produced by Josh Schroeder through Century Media Records, has arrived.
An element to highlight is, without a doubt, the incorporation of a bass player (Michael Yager) to the line-up, since in the previous work they only had vocals, two guitars and drums. I think it is something quite important, since it helps to strengthen the base rhythms and, of course, the forcefulness of the sounds.
Instrumentally, I don’t think there’s much to highlight that isn’t already known about this band: these guys seem to be on a particular mission to shatter the ears of anyone who puts on one of their songs or albums because of the level of brutality. The guitars, when they’re not at an abnormally fast speed in the riffs of the verses, you hear some awesome solos. And what can I say that hasn’t already been said about the drums and bass, which have been able to understand each other perfectly and that, with this new addition, gives that necessary touch of strength.
The breakdowns are still common in their songs to provoke some neck breaks and then return to the speed and ferocity that characterizes them. But, without a doubt, if there is something that stands out in this album, at an instrumental level, it is the ballad divided in three acts and that receives the name of the album itself, although each one of the fragments, with its own particular title. More than one person will think that I have gone crazy when it comes to put in the same review the words deathcore and ballad, but you just have to listen to them to feel and notice the sorrow and sadness that they want to express in it.
What can we say about Will that we don’t already know if we don’t know him yet? Well, I think it can be said in a very short way: he is not from this world. I don’t know if this guy comes from the underworld or from another planet, but what he is capable of doing with a microphone I’ve barely managed to see in another group (if someone doesn’t believe me, look for the videos he has on his Youtube channel singing solo, you’ll know what I mean). We hear again those jaw-dropping growls and pig squeals.
Deathcore is a genre that has been with us for quite some time now and has given us big names like Whitechapel, Suicide Silence or Thy Art Is Murder who have managed to put themselves in the Olympus of that style and, in turn, end up in the high ranks of the touring and festival posters they participate in. Now, Lorna Shore, in a short space of time, have managed to start climbing the road to that Olympus with quite some speed, being well deserved on their merits. Even if you are reluctant to this type of band, if you like it raw, you have to give both this album and this band a try.