[English below]
Con un tiempo primaveral como invitado inesperado, nos presentamos en la legendaria Sala Milwaukee del Puerto de Santa María, Cádiz, lugar de culto que ha visto pasar por su minúsculo escenario a grandes nombres del pop, rock y blues nacional y foráneo.
Si bien es cierto que a las 20:00 horas el panorama era bastante desolador, con las puertas cerradas estando el concierto anunciado para esa hora y con apenas cinco o seis personas en las inmediaciones, el ambiente se fue caldeando a medida que pasaban los minutos, la ocasión lo merecía pues los suecos The Riven pisaban por primera vez tierras gaditanas.
Un set de batería básico, un bajo dando la espalda al público, dos guitarras y un pie de micro aguardaban la aparición de unos músicos que se tomaron su tiempo para hacer acto de presencia, a la espera quizá de algo más de audiencia, unas treinta personas finalmente siendo generosos, ni tan mal teniendo en cuenta que hablamos de un miércoles y que además coincidía con jornada de fútbol europeo.
Al filo de las nueve y como si no fuera con ellos la cosa, The Riven subían al escenario y se encaminaban hacia sus instrumentos cual caballeros en busca de su espada para librar la batalla que de forma irremediable estaba a punto de desencadenarse.
A la cuenta de tres y con la precisión de un reloj suizo, los suecos rompían el hielo con “On Time”, dejando a los afortunados que tuvimos a bien dejarnos caer por El Puerto con la boca abierta.
“Shadow Man”, “The Serpent”, “Edge of Time”, fueron cayendo unas tras otra con furia, precisión, actitud y sin dejarse amilanar por tener que tocar para unas pocas personas, quienes quizá por arropar a los músicos o simplemente llevados por la pasión, entablaron una conexión brutal con los artistas, los cuales devolvieron las muestras de cariño regalándonos una actuación soberbia.
A destacar la voz de Totta, la mujer de las mil caras y muecas que no para un segundo, recordando irremediablemente a su compatriota Elin Larsson de Blues Pills, jugando como quiere con sus cuerdas vocales para sonar potente y desgarrada o calmada y susurrante cuando el tema lo reclama.
La fiesta del hard rock seguía y el sonido setentero nos atrapaba sin remedio, con incursiones en la NWOBHM, se notan las influencias de Maiden en esas cabalgadas al estilo Steve Harris o las guitarras sucias de Hellacopters, todo sonaba compacto y en su sitio.
Pero si todo lo sucedido hasta el momento fue digno de vivirlo en primera persona, los suecos nos tenían preparada una grata sorpresa, que no fue otra que la inclusión en su set list del tema de Los Suaves “Dolores se llamaba Lola”; con caras mezcla de incredulidad y felicidad, los allí congregados bailamos, cantamos y nos abrazamos ante toda una celebración del rock n roll, quedando patente una vez más que la música une a las personas.
Según supimos después durante la firma de discos en el puesto de merchandising, la idea surgió del guitarrista español Arnau Díaz, miembro del grupo desde sus inicios.
No quedarían ahí las versiones, pues para los bises se marcaron el “Diamonds and Rust”, original de Joan Baez y popularizada por Judas Priest entre la parroquia metalera, poniendo así punto y final a hora y media de pura descarga eléctrica y gratificante.
Gente simpática, amable y cercana, que se quedó a charlar con todos los que se acercaron a darle la enhorabuena por regalarnos un rato de felicidad, firmando discos y tomándose fotos con un puñado de nuevos seguidores.
The Riven, toda una experiencia en directo que ya estamos deseando volver a ver, con una pizca de buena suerte y sacando discos tan completos como los dos editados hasta la fecha, tienen todo para llegar muy lejos en este negocio.
English:
With spring weather as an unexpected guest, we performed at the legendary Sala Milwaukee in Puerto de Santa María, Cádiz, a cult venue that has seen some of the biggest names in pop, rock and blues, both national and foreign, pass through its tiny stage.
Although it is true that at 20:00 the scene was pretty bleak, with the doors closed as the concert was announced for that time and with only five or six people in the vicinity, the atmosphere was warming up as the minutes passed, the occasion deserved it as the Swedes The Riven were performing for the first time in Cádiz.
A basic drum set, a bass with its back to the audience, two guitars and a microphone stand awaited the appearance of the musicians who took their time to make their presence felt, waiting perhaps for a little more audience, about thirty people finally being generous, not so bad considering that we are talking about a Wednesday and that it also coincided with a European football match.
At the stroke of nine o’clock and as if it wasn’t enough, The Riven took the stage and headed towards their instruments like knights in search of their swords to fight the battle that was irremediably about to be unleashed.
On the count of three and with the precision of a Swiss watch, the Swedes broke the ice with “On Time”, leaving those of us lucky enough to drop by El Puerto with our mouths wide open.
“Shadow Man”, “The Serpent”, “Edge of Time”, were falling one after the other with fury, precision, attitude and without letting themselves be intimidated by having to play for a few people, who perhaps by wrapping themselves around the musicians or simply carried away by passion, established a brutal connection with the artists, who returned the tokens of affection by giving us a superb performance.
Totta’s voice, the woman of a thousand faces and grimaces who never stops for a second, reminding us of her compatriot Elin Larsson from Blues Pills, playing as she wants with her vocal cords to sound powerful and torn or calm and whispering when the song calls for it.
The hard rock party continued and the seventies sound trapped us hopelessly, with incursions into the NWOBHM, the influences of Maiden are noticeable in those Steve Harris style rides or the dirty guitars of Hellacopters, everything sounded compact and in its place.
But if everything that had happened so far was worthy of experiencing it first hand, the Swedes had a pleasant surprise in store for us, which was none other than the inclusion in their set list of the Los Suaves song “Dolores se llamaba Lola”; with faces mixed of disbelief and happiness, we danced, sang and hugged each other before a celebration of rock n roll, proving once again that music brings people together.
As we learned later during the record signing at the merchandising stand, the idea came from the Spanish guitarist Arnau Díaz, a member of the group since its beginnings.
The cover versions didn’t stop there, as for the encores they played “Diamonds and Rust”, an original by Joan Baez and popularised by Judas Priest among the metal parish, thus putting an end to an hour and a half of pure electric and gratifying discharge.
Nice, friendly and approachable people, who stayed to chat with everyone who came to congratulate them for giving us a moment of happiness, signing records and taking pictures with a handful of new fans.
The Riven, a live experience that we are already looking forward to seeing again, with a bit of good luck and releasing albums as complete as the two released so far, they have everything to go far in this business.
Repertorio/Setlist:
On Time
Shadow Man
The Serpent
Edge of Time
On Top of Evil
Fly Free
Finnish Woods
Sweet Child
Peace and Conflict
Dolores Se Llamba Lola (Los Suaves)
Peach Jam
Windbreaker
Death
Extras:
Diamonds and Rust (Joan Baez/ Judas Priest)
Moving On
The Taker
Salud y rock n’ roll, nos vemos en los bares.
Texto: Flanagan