[Crónica] Symphonic Metal Night – El Metal Sinfónico se hermana con el folk “piratesco” para ofrecer una noche de saltos, cánticos y bailes en la Urban. 100% Diversión.

Symphonic Metal Nights

Visions of Atlantis + Xandria + Ye Banished Privateers

11/10/2022  – Urban Rock Concept (Vitoria-Gasteiz)

Justo llegué a la sala cuando empezaban su show Ye Banished Privateers. Como llegaba sin una idea previa de lo que iba a ver… francamente me quedé flipado. Resulta que son una decena de personas que salen al escenario ataviados de piratas y que tocan canciones de esta temática. Pero claro, no son metal. Es decir, salen con sus instrumentos clásicos; violines, acordeones, cajones, etc… y cantan a coro los estribillos más piratescos que te puedas imaginar. Rollo folk. Con gancho. Más parecido a un musical que a un concierto, si se quiere poner uno tocapelotas. 

Pero os garantizo que los 50 minutos que estuvieron sobre el escenario no aburrieron a nadie. Historias de piratas, canciones para bailar, canciones lentas, canciones para saltar, diferentes instrumentos, diferentes vocalistas…. Todos esos aguerridos Heavys de Gasteiz que no han bailado en su vida; Ahí andaban bebiendo cerveza y divirtiéndose. 

Un formato que seguro que va a triunfar en festivales y eventos grandes, para poner entre bandas de metal y “desengrasar”. Si se hace tan bien da gusto presenciarlo, y además (a pesar de ser lo más difícil de sonorizar y mezclar) disfrutaron del mejor sonido de la noche.

Tras este espectáculo, salieron al escenario Xandria. Esto sí con un formato metal tradicional. Con su batería, sus guitarras, su bajo y su vocalista, en este caso femenina. Xandria tiene más de veinte años de trayectoria y estamos acostumbrados a sus continuos cambios de miembros. Es difícil la estabilidad en el metal. 

Muy lastrados por un sonido bastante precario, en el que destacaban demasiado las pistas pregrabadas de teclados y segundas voces, el quinteto presentó su último trabajo y repasó algunos clásicos. Incluso nos presentaron una canción inédita. 

La vocalista jugó el rol de la “muchacha tímida”, con escaso movimiento y la banda no conectó con el público, a pesar de los esfuerzos de los chicos a cargo de las cuerdas que hacían lo posible por montar el show. 

En definitiva; se ve calidad en los músicos, pero por circunstancias (sonido, cansancio…) no consiguen conectar con la mayoría de un público. Un buen show, ojo, pero sus antecesores y lo que venía después les dejo un poco deslucidos.

Poco antes de las doce de la noche salían al escenario el plato fuerte de la noche: Visions of Atlantis. Introducción “piratesca” y al lío. En esta formación tenemos dos vocalistas, uno masculino y el otro femenino, que dan un juego en directo digno de ver.

La mezcla del sonido estaba mucho mejor que en sus predecesores. Mucho instrumento clásico pregrabado. La combinación de las dos personas a las voces sin hacerse cargo de ningún instrumento permite que estén libres para moverse, suban, bajen, e interpreten teatrillos entre ellos en cada canción. La verdad, te tienen entretenido mientras disfrutas de la música. Que por cierto ejecutaban impecablemente. 

No tengo que decir que todos los miembros de la banda son excelentes músicos, que cuadran el show a la perfección. El set list estaba muy estudiado para no aburrir. Se les veía pasarlo bien sobre el escenario, y trasladaban esa energía a la audiencia que cantó y saltó de lo lindo.

Espectacular como empastan las voces en directo, sin quitar en absoluto brillo a las partes que cantaban cada uno de ellos por separado. El bajista tocó media canción sobre la barra de la sala para asombro de los presentes, y nos hizo aún más partícipes de la fiesta. 

Poco menos de hora y media de Metal Sinfónico que la audiencia disfrutó enormemente. No oí ni un comentario negativo de nadie después del show. 

En definitiva, una noche que estuvo muy bien, me atrevería a decir incluso que “barata” para la cantidad de músicos en escena y equipo que hacen posible que una gira así visite ciudades pequeñas, que también existen.

FOTOS

Texto y fotos: Pablo Balaustrada