Pues con una cierta emoción me dirigí el pasado 27 de octubre a la Salamandra para ver a los granadinos Hora Zulu. El motivo de esta emoción no era otro que el hecho de que son una de las bandas nacionales que más me gustan desde hace años, y por diferentes motivos nunca los había podido ver en directo. Acababan en el templo de L’ Hospitalet la gira que conmemora el 20 aniversario de ese discazo que fue, es y será “ Me duele la boca de decirlo” .
Maravilloso debut.
No faltó, no obstante, a otros de sus éxitos, y también nos adelantaron algunos temas que están en su nuevo trabajo, “ Miraveh” ( Vol.1) que se puso a la venta el viernes pasado. Disco, que de seguir la línea de lo mostrado en directo en la Salamandra, será seguro uno de los discos de 2024. La elección de la fecha pudo ser mejor ( los viernes son laborables y requieren esfuerzos logísticos a la gente que no siempre son posibles). Los tres cuartos escasos de aforo, podían haberse convertido perfectamente en un lleno hasta la bandera perfectamente el sábado.
Con un leve retraso respecto al horario marcado dio comienzo el show, con la banda arropada por la primera gran ovación de la noche. Tras la presentación de Aitor y después de colarnos el primer farol de la noche (una supuesta merma del rendimiento debido a un resfriado), comenzaron directo y duro las hostilidades.
‘ Por los ceniceros ’ y ‘ Camarada’ nos cayeron encima con furia. El gran Paco Luque, al mando de las operaciones, clavando riffs certeros con precisión suiza y arte granaíno para mecer a la bestia, con excelencia técnica, contundencia y su acostumbrada sobriedad gestual.
Aitor, entre ausente y travieso, con su característica voz de lija, iba metiéndose poco a poco al respetable en el bolsillo, a base de ácidas ocurrencias y su descarnada y bella lírica. Su puesta en escena es como ellos, bastante sobria. Nada de artificios demasiado espectaculares. Lo realmente espectacular lo llevan en el setlist.
‘ Barraqueras’ , ‘ De querer ser’ o ‘ Las gabinas del cochero’ fueron poniendo al respetable más caliente que el cenicero de un bingo. Y poco después, llegó uno de los momentos estelares de la noche. Tras una bellísima introducción flamenca, explotó con toda su fuerza la voz de Ana María Luque y ‘ El Niño de Fuego’ lo invadió todo. La mezcla de la poderosa letra de Aitor, llena de alegorías, y la emoción visceral de la voz de Ana, unidas a la fuerza de las imágenes, unas animaciones de la pintura de Bernardino Sánchez Bayo, conforman una combinación arrolladora. Fue algo atávico, profundo…casi tribal.
Otro de los faroles que se marcó ese tahúr llamado Aitor, fue cuando hizo una bonita reflexión acerca de cómo ciertas letras pueden envejecer con el paso del tiempo y que quizás en el presente no las volvería a hacer de este modo. Puede que así fuese, pero el hecho es que las cantó exactamente igual a como lo hizo el primer día que yo las escuché. Bien jugado.
Fue tocando íntegro “ Me duele la boca de decirlo” , aunque con un cierto desorden ( producto del resfriado y sus delirios, yatusabeh’ ). Se escucharon “ Agua de Mayo” ( Que recuerdos me trae! La primera vez que la escuché me voló la cabeza. Lo sigue haciendo.) “ Tango” ( .. cada vez más gordo, cada vez más sordo..)
La caldera estuvo a punto de estallar y sonó “ Andaluz de Nacimiento ” ampliamente coreada. Es muy probable que la gran mayoría de asistentes tuviese ancestros andaluces y los que no, seguro reniegan abiertamente ( como es mi caso) de la gentuza a la que señalan (…voy pasando de naciones, soy andaluz de nacimiento, en tu patria me cago, cuando veo presumiendo a los caciques a caballo..).
El sprint final fue corto pero intenso. La sincopada, cruda y aflamencada ‘ Golpes de Pecho’..‘ En el lugar a estar’ la festiva ‘ No protesto’ y el clímax final con ‘ A ver si me entiendes ’ con el público totalmente enfervorecido y entregado..
Y aquí , el gran truco final.. Bomba de humo y adiós. Ni bises ni adiós muy buenas, no bonitos ojos negros tienes..
Mientras caminaba de vuelta a mi casa, saboreando cada momento, con ganas de más..retumbaban en mi cabeza estas palabras de la Loa de la Duda de Bertolch Brecht que cantan Hora Zulú en Golpes de Pecho: “ ..Instruido por impacientes maestros, el pobre oye que este es el mejor de los mundos, y que la gotera del techo de su cuarto, fue prevista por Dios en persona..”
Siempre irreverente, sin más maestro que mi ingenio, ni más guía que la intuición
Prefiero apurar la vida de un trago..
Que ningún Dios condene mis vicios.. que mi abogado gane mis juicios..
Por qué después de muerto, de nada vale la justicia (bendito Cristo de la Inmundicia)..
Siempre presto a esquivar cualquier tabú, un condenado a los infiernos, mientras, escribe crónicas, en viejos cuadernos, y canta a gritos bellas canciones de Hora Zulú..
Hasta la próxima…
Texto: Edu Conde España
Fotos: Andrés Rodríguez Haro