Una vez más, las puertas del templo del metal de la Sala Even volvían a abrirse y con un suculento cartel para mover el cuerpo a base de bien: los veteranos Ira Regia volvían a subirse a unas tablas para que luego Killdozer debutase estrenando su primer trabajo de estudio.
Una de las cosas que volvió a llamar mi atención fue la afluencia de público, porque fue bastante notable la cantidad de gente que acudió a la cita. Para ir abriendo boca, Ira Regia comenzó con Destino después de finalizar la intro y continuar con En el Espejo. Poco a poco la gente empezó a animarse a ritmo de los sevillanos, cosa que se daría canción tras canción. Con Ars Longa, Vita Brevis y Profeta ya esos bailes comenzaron a convertirse en los primeros pogos de la noche, dándole ese ambiente que le hacía falta a ese heavy metal acelerado y potente. La velocidad y la potencia que seguían derrochando sobre las tablas el quinteto sevillano estaba siendo correspondido de una manera bestial, creando una simbiosis con el público que hizo que los decibelios de la sala fuesen bastante altos. Sole Survivor y Capítulo Final eran las canciones que estaban a punto de cerrar su actuación que, la verdad, se estaba haciendo muy corta por la gran experiencia que se vivía, para finalmente ponerle el broche de oro con Gigantes de Barro. El concierto fue uno de esos primeros platos que dejan un sabor de boca espectacular por ser una actuación redonda al no haber ningún fallo (al menos que se pudiera apreciar desde abajo del escenario) y que, con la experiencia con la que cuentan, hay que tener un ojo encima del grupo que viene estrenando nuevo material.
Llegó el momento del plato final: Killdozer estrenaba su primer trabajo de estudio Seeds of Vengeance.
El comienzo del disco fue exactamente el mismo que el del disco arrancando con Ignition seguida de Killdozer’s Hate. No hizo falta mucho tiempo para que el thrash fuese correspondido con unos pogos endiablados por parte del público. Para seguir con la dosis de “violencia”, Deserve to Die y Released from Suffering eran las encargados de hacer que no bajasen las revoluciones en la capital andaluza y que los cuellos creasen más de un molino de pelo y que la gente no parase de crear movimiento en ese círculo que se hizo en el centro de la sala reservado para la gente que tenía ganas de mover el cuerpo a ritmo de metal extremos después de tanto tiempo. Left to Die fue la seguida para luego darle un momento de respiro a Ángel al micrófono cuando llegó Komatsu, aunque estuvo por la zona del público moviendo el cuello de manera endiablada. El momento en el que la sala se vino casi abajo del todo fue cuando llegó el momento de la versión, una canción ultra conocida de uno de los padres del thrash metal: Raining Blood de Slayer hizo las delicias de los asistentes para terminar de dejarse la voz y seguir montando una buena en la zona de la pista. El punto y final de la velada fue con el single de estreno del grupo, Deserve to Die, para irse a lo grande dejando un gran sabor de boca entre toda la sala. Este grupo formado por grandes músicos de Sevilla debutaba tras haber sacado el disco del horno con menos de un mes pero, tras ver cómo fue su primera actuación, han dejado bastante claro que vienen como esa máquina de demolición a la que homenajean con su nombre. Killdozer es un grupo que hay que tener mucho en cuenta para verles en directo si hay gustos de thrash realmente potente, bruto y pesado.