Con este final de mes, el estar en la calle en Sevilla con el frío que está haciendo, es un deporte de riesgo. ¿Cuál era la mejor solución para combatirlo? Pues ir al concierto de Bolu2 Death acompañados de Rabia Pérez organizado por la gente de Kaamos Tours. La Sala X era la encargada de acoger esta cita, aunque al comienzo todo parecía bastante tranquilo, la cosa iría animándose de manera progresiva.
Los encargados de dar el pistoletazo de salida fueron Rabia Pérez con un buen chute de energía con Inmortal seguida de Rabia de su último EP Un Nuevo Mundo. Seguirían repasando ese último trabajo que lanzaron el pasado año que, aunque fuera con poca afluencia, pero con un grupo realmente entregado sobre las tablas de la sala sevillana. El grupo estaba muy suelto y se les notaba con una comodidad y una confianza desmesurada. Todo era un torbellino mientras seguían con los temas de ese EP sonando Nada Será Igual con una gente dejándose el cuello al ritmo aplastante. El vozarrón de Corpa combinado con la de Fátima creaba una fusión alucinante, y eso pudo comprobarse con Sueño Virtual y la canción que le da nombre al disco que repasaban. Pero no todo iba a ser centrarse en lo nuevo, ya que había que hacer hueco para lo anterior, lo que vino con Venganza del disco homónimo. Para ponerle el punto final, terminaron de tocar al completo el EP para cerrar con el último single que han lanzado, Reflejos.
Después de ver el concierto, lo único negativo que puedo resaltar de ese concierto, fue la iluminación, con la que fue bastante complicado trabajar; y un sonido que no hizo justicia a la actuación que dieron. Lo que sí noté fue que los 45 minutos que estuvieron sobre el escenario se me pasaron volando. Respecto a la presencia del grupo, si alguien no ha visto aún a Rabia Pérez y le gusta el metalcore melódico, pueden disfrutar de lo lindo si se va a un concierto suyo.
Tras esto, llegaba el turno de Bolu2 Death que, además de con Rigor Samsa, venían estrenando también Obraviva Vol. 1. Con un ambiente muy solemne, el concierto arrancó de manera poderosa con Never Mind para dar saltos a lo largo de su discografía con We Bleed, We Fight y Jugando a Ser Dios para luego dar la correspondiente presentación con un público entregadísimo desde el comienzo. La veteranía de los onubenses hizo que salieran con una garra espectacular, pero el problema era el sonido que no les hacía justicia. No por ello el ambiente iba a ser más frío, el público lo estaba dando todo a base de cantar y de provocar algún que otro pogo. Uno de los momentos más especiales fue cuando se subió al escenario Juan Miguel Ramírez, que tuvo que abandonar la formación, para volver a dar guerra con ellos con Todo y Nada. Mientras seguían haciendo un repaso a toda su carrera, también hubo un hueco para esa versión de Rosalía de Pienso en tu Mirá que, desde mi punto de vista, es una apuesta arriesgada pero que les salió redonda. Por supuesto no podían faltar clásicos como Flamencore Hate Crew y como hicieron que la sala se terminase de venir abajo con ese Smack my Bitch Up de los míticos Prodigy. Por supuesto, para ponerle el broche final a su actuación, cerraron por todo lo alto con Dance-core Party para que, como bien dicen en su propio título, el público se fuera a casa pegándose un último baile.
Hablar en líneas generales de este concierto es, por desgracia, tener que decir lo mismo que con Rabia Pérez: un sonido que no hace justicia a semejante grupo y unas luces que, sobre todo para los documentos gráficos, eran bastante malas (en algunos momentos la sala estaba completamente a oscuras, no sé qué se pretende con eso para que la gente pueda disfrutar del concierto).
Valorando el evento en su totalidad, Kaamos Tours apostó por dos muy buenos grupos: uno que poco a poco está abriéndose más hueco y otro mucho más asentado en nuestro panorama que, de haber estado con un sonido más nítido ambos grupos, habría sido ya la velada redonda y de 10. Esperemos que para la próxima no se den de nuevo este tipo de casos, tanto para los que están encima como para los que estamos debajo porque eso repercute mucho en ambas partes.