Va a ser muy complicado, por no decir imposible, olvidar lo vivido en el décimo aniversario del festival Camorock. Como de costumbre, con entrada gratuita, zona de acampada y ubicado en el Parque “El Camorrillo” de Alameda (Málaga).
Nada más llegar, sobre las 18:30, es decir, con tiempo de sobra, nos dicen que no quedan camisetas del festival, todas agotadas. Si lo llego a saber salgo antes. Total, que desde aquí quiero hacer un llamamiento a los organizadores del Camorock para que los que nos quedamos sin esa camiseta conmemorativa podamos adquirirla de alguna u otra manera.
Bueno, al menos la cerveza no se acabaría. Como siempre, hay que agradecer que los precios fueran populares. Por ejemplo, una caña costaba 1,50€, pero también podías comprar un bono con el equivalente a 16 cañas por 20€. Con lo cual, cada cerveza te salía a 1,25€. A ver dónde encuentras tú otro festival así, con estos precios y con ese cartel.
Los encargados de abrir el festival fueron los cordobeses Arábiga con su rock andaluz al más puro estilo Medina Azahara y repasando sus dos discos, “Arábiga” y “Retazos de Vida”. Buen aperitivo y buen sonido para empezar, destacando temas como “Reino de Taifas”, “Dueña de mí” o “Eres tú”.
Después de una pausa de hidratación obligatoria, turno para los gaditanos SnakeyeS. Precisamente, ya los ví en la edición del 2016 y en esta ocasión tampoco defraudaron a base de heavy metal de corte clásico (Accept, Judas Priest), y así fueron cayendo grandes temas como “Shadow Warrior”, “Metal Monster”, “Evolution”, etc.
Momento ahora para un rato de fiesta y folk metal a cargo de Celtibeerian. Los de Ciudad Real también contaron con un excelente sonido, incluido gaita y violín, y su actuación también sirvió para apreciar con más detalle los juegos de luces, aprovechando que ya caiga la noche. Por supuesto, todos bailamos o brincamos con “Looking for beer”, “Praise of the Vineyards” o “Queso Rodante” (versión de Saurom).
Otros gaditanos como Sphinx fueron los siguientes en tomar el escenario. Una banda mítica de heavy metal, y en mi opinión poco reconocida, que vuelve a las andadas después de un tiempo de inactividad. Reconozco que vibré con sus temas más clásicos, como por ejemplo, “Noche Maldita”, “Momentos de Lucidez”, ”Destino” o la archiconocida “The Trooper” de los Maiden.
Se iba acercando el momento del plato fuerte de la noche, pero cuándo anunciaron a Dark Embrace en lugar de Battle Beast, más uno/a llegó a temerse lo peor. Tranquilidad, había que recordar que los finlandeses venían de tocar el dia anterior en el Metalfest Open Air de Pilsen (Chequia).
Volviendo a los gallegos, este cambio en el orden de actuación les vino de perlas, y visto lo visto después, hasta lo agradecieron. En cualquier caso, dieron un conciertazo, comandados por su frontman Oscar Rilo y presentando su último disco, “The Call of the Wolves (Re-Howled)”. La verdad es que entre los guturales de Oscar y el punto sinfónico oscuro de su música hacen que sea una propuesta interesante. Así lo demuestran en temas como “Time Will Tell”, “Let the Blind to See” o “Metalhead Till I Die”.
Ahora sí, Battle Beast se preparaban para salir y empezaba a sonar la intro de “Circus of Doom”, canción y título de su último disco, y si ya el resto de grupos sonó de escándalo, los finlandeses elevaron el nivel aún más todavía. Y lo de Noora Louhimo es que no existen palabras para describir semejante voz, hasta los grillos de los alrededores cayeron rendidos ante tal “bestia”. Pues ahí estábamos todos, atónitos y disfrutando como niños chicos, tema tras tema, repasando todos sus discos. Cómo sonaron “Armageddon”, “Eye of The Storm”, “Bastard Son of Odin”, “Master of Illusion”, “Beyond the Burning Skies” y todas. Conciertazo memorable y pedazo de festival. El año que viene va a ser muy, muy difícil superar a este. Enhorabuena Camorock.