Normalmente los domingos son días de sofá y película para terminar de descansar y coger fuerzas para un nuevo inicio de semana. Lo que pasa es que hay veces que se dan excepciones y hubo una en particular que hizo que mucha gente nos dirigiésemos a la sevillana Sala X: los canadienses Anvil tenían una cita pendiente después de aplazarse por la pandemia junto a los franceses Harsh y los italianos Gengis Khan.
Todo comenzó con la tónica habitual de llegar a la sala con el tiempo justo por parte del aforo que, progresivamente, iba siendo bastante numeroso para ser el día de la semana que era. Eso sí, hubo retraso con respecto a la apertura de puertas (cerca de una hora, para ser más exactos) por una serie de problemas en las pruebas, pero llegó el momento de entrar para prepararnos para la batalla.
Los que comenzaron a abrir boca fueron Harsh con su glam. Este cuarteto francés venía por primera vez de tour por nuestro país según me comentaron antes del inicio y que estaban disfrutando mucho de la experiencia y querían ver de qué era capaz el público sevillano.
Prácticamente con la apertura de puertas recién hecha, dieron el pistoletazo de salida, y vaya manera de hacerlo. Contaban con un espacio muy limitado por el equipo de Anvil en la parte de atrás, aunque demostraron que no necesitaban mucho para hacerse los dueños de aquello. Con ese típico carácter descarado del estilo, Harsh tiene además un sonido que llena de energía a quienes les escuchen, creando así una gran combinación junto a la puesta en escena. Apenas hubo problemas con su sonido, solamente unos puntuales en una de las guitarras, pero por lo demás fue exquisito. El ambiente estaba realmente caldeado, ya que estaba de ambiente a rebosar y, aunque muchos de los presentes no conocían las canciones, no dejaba de ser motivo para darlo todo con su setlist. Con poco más de media hora de duración, Harsh dieron un concierto en el que dejaron patente que la sangre nueva y joven puede seguir provocando el mismo efecto que tenía ese estilo cuando surgió hace ya unos 40 años. Desde luego es un grupo para tener en cuenta para quienes sean fans de las mallas ajustadas, las chupas de cuero y las melenas con laca.
SETLIST HARSH
Burning Heart
The Sound She Does
Fire at Will
Maniac
Good Lovin’
Seguido del cambio de equipo rutinario, los italianos Gengis Khan tomaban el escenario con su speed metal, aunque con este quinteto era cuando vino el momento de las sorpresas.
En un primer momento, dentro de mi desconocimiento, pensé que era un grupo de metal extremo (de black para ser más exactos) por la estética que tenían los miembros instrumentales, hasta que luego me percaté de que estaba relacionada con la del conquistador y sus soldados. Tengo que decir que, para mí, fue el momento flojo de la noche. Por supuesto, todo tiene su explicación. En primer lugar, al no tener mucho conocimiento por el grupo, no sabía exactamente cómo catalogarles, ya que había momentos en los que me recordaban a power metal, en otras a speed metal o incluso heavy o hard rock. Pero, sin duda alguna, lo que más me chocó fue la falta de entendimiento entre los propios miembros del grupo, ya que hubo muchos momentos en los que el bajista y el batería no iban en el mismo tiempo, llegando incluso en un momento a quedarse el bajista en el fondo observando a su compañero para intentar cogerle el ritmo. Incluso también esos problemas de tempo se dieron en las guitarras en algún que otro solo. Si a eso le sumamos algún que otro acople de sonido, la cosa no mejora. Todo esto, obviamente, se reflejó en las caras de la inmensa mayoría de la gente que no sabía que estaba pasando allí, de si estaban viendo a un grupo inexperto o que, directamente, habían tenido un mal día. Lo cierto y verdad es que me resultó pesado, llegando al punto de aburrirme en algún momento. Espero que la próxima ocasión sea más propicia que en esta primera toma de contacto, porque desde luego parece que importaba más la puesta en escena que el sonido, que es lo que más suele importar en estas cosas.
SETLIST GENGIS KHAN
He’s the King
Gengis Khan
Long Live the Rebels
War in the Fields
Extreme Power
In the Name of Glory
Reinventing the Fire
Taken by Force
Possessed by the Wolf
La velocidad con la que despejaron el escenario de todo el equipo de los teloneros me dejó pasmado, pocas veces he visto vaciar así un escenario, pero el retraso debía arreglarse para que las leyendas del speed metal Anvil hicieran acto de presencia.
El propio comienzo del show ya sirvió para ponerse al público en la palma de la mano: Steve tardó menos de un minuto para bajarse a la zona del público y ponerse a deleitar a todo el mundo con la guitarra con la intro. Al volver al escenario, con un público totalmente encendido, con una sala a rebosar de gente, dio comienzo la fiesta. No dejaron de lado ni una sola época de su discografía, y no hubo ni una sola de las canciones que se tocaron que no se quedase sin ser cantada.
Algo que también me fascinó fue que estos tres señores son la definición perfecta de que la edad sólo es un número que aparece en el carnet de identidad: carreras de un lado a otro y saltos por parte de Steve y Chris, sin dejar de lado la calidad de Robb a la batería con ese estilo exquisito que tiene al tocar.
Sin dejar de lado esa sonrisa constante con esas caras de payasete, también hubo momento para las anécdotas en la que Steve rememoró como fue salir de gira con Motörhead y lo que eran las juergas con Lemmy hasta que, tiempo después, se repitió la misma situación pero a la inversa con Metallica. Esto, obviamente por el recuerdo a la figura de la que se trataba, se reflejó en una enorme ovación que hizo retumbar la sala.
Ni que decir tiene que el sonido del grupo era un regalo para los oídos. Al añadirle a esto los solos de los tres, no hay palabras que puedan definir lo que llegó a vivirse. Steve, con sus notas agudas, usando la propia guitarra como micrófono para motivar al personal o incluso con un consolador para darle un toque más golfo a la actuación. La táctica del slap siempre es una gozada escucharla en un solo de bajo, pero lo que hizo Chris era ya de otro mundo. Pero ya con el solo de Robb hizo que más de una mandíbula se cayera al suelo, ya no sólo por la duración, sino por todo lo que hizo en ese momento. Desde luego son tres músicos a los que se debería estudiar en las escuelas.
El final fue prácticamente un calco del inicio: Steve volvió a salir por la puerta de acceso al backstage para dar el final tocando entre los asistentes hasta que comenzó a sonar el clásico de 69 Sweet Caroline de Neil Diamond.
SETLIST ANVIL
Take a Lesson
March of the Crabs
666
School Love
Legal at Last
Take a Lesson
Badass Rock ‘n’ Roll
Winged Assassins
Free as the Wind
On Fire
Forged in Fire
Mothra
Bitch in the Box
Swing Thing
Ghost Shadow
Metal on Metal
Era un día atípico para un concierto y, de hecho, resultó serlo de alguna manera. Vayamos por partes, como diría Jack el Destripador: en lo que respecta a la sala, prácticamente no hubo muchos problemas con el tema del sonido pero sí con las luces, ya que la zona izquierda del escenario era un tanto oscura por los problemas que había con uno de los focos frontales que provocaba que no se viera la cara de quien estuviera en esa posición. Si hablamos de los grupos, fue una montaña rusa, ya que todo comenzó con muy buen ritmo con el concierto de Harsh, bajó considerablemente por los fallos de Gengis Khan, pero que acabó por todo lo alto con la maestría que otorga la experiencia de una banda como Anvil.
Texto: Guille Sánchez
Fotos: Guille sánchez Photography