Han pasado cinco años, pero el quinteto de Virginia Lamb of God ha lanzado por fin su último trabajo bajo ese mismo nombre bajo el sello de Nuclear Blast Records. El disco cuenta con diez temas de los que vamos a ir hablando poco a poco.
La primera gran sorpresa que nos dejó el grupo para ir abriendo boca fue Checkmate, segundo tema en el disco, al que le sucedió Memento Mori, el encargado de abrir el disco. Con esos temas muchos hemos llegado a encontrar un sonido de Lamb of God muy parecido al que había antaño en discos como Wrath o Sacrament.
Como es habitual en este grupo, el tema reivindicativo (y más aún sabiendo cuál es la opinión de Randy Blythe con el presidente Trump) está muy patente, sobre todo en Reality Bath (que ya el propio título no deja mucho a la imaginación). Incluso esa reivindicación se torna en odio y furia, justo como se expresa en New Colossal Hate. Parándonos en el sonido instrumental, lo primero en lo que se fijan los fans de este grupo es en la batería, ya que es el primer disco en el que no encontramos a Chris Adler tras los platos, sino que en esta ocasión es el primer trabajo de estudio de Art Cruz. Lo que se puede decir en relación a este tema es que este muchacho ha sabido afrontar de muy buena manera la tarea que dejó Chris. Ya en relación al resto del grupo, es justo lo que había comentado con anterioridad, el grupo ha sabido volver a tener ese mágico sonido que te incita a no parar de mover el cuello de arriba hacia abajo o de tener unas ganas locas de meterte en un mosh. En este disco además hay un par de sorpresas, ya que encontramos dos colaboraciones muy especiales: la del cantante de Testament Chuck Billy en la canción Routes y la del cantante de Hatebreed, Jamey Jasta en el tema Poison. Ni que decir tiene que tratándose de semejantes cantantes es de esperar temas que suenen como una apisonadora.
Para recapitular, estamos ante un grandísimo trabajo de Lamb of God, el tiempo que han estado sin componer les ha servido para llegar de nuevo a esos sonidos que los fans aferrimos del grupo querían volver a escuchar ya que muchos temas recuerdan a esos como Ghost Walking (por poner una comparación ya que la intro de Checkmate me da cierta similitud). Desde luego este disco se puede convertir en otro de los álbumes de culto para los fans del groove metal.