Segunda trabajo en la calle de la banda de Murcia “Demised”. Su nuevo disco “The Fall” es una reinterpretación de la música oscura que en los 80´s se alejaba del Glam y el POP que tan manida y reiterativamente se estaban apropiando de las emisoras de radio. El Dark Metal que han elaborado en este trabajo es refrescante, melancólico y lleno de referencias más que atávicas, y hacen que sea un lanzamiento para los de oídos exigentes y les guste, simplemente, la buena música más allá de etiquetas.
Abre con una potente “Glowing Embers”, dejando claro ya que la velocidad no es necesaria para sonar triste y potente. El disco entero está plagado de arreglos de cuerdas que embellecen el trabajo y le van dando más color a medida que avanza. “The fall” y “the course of silence” son baladas tan complejas como expresivas. A modo de referencias podemos encontrar unas influencias de Nick Cave and the Bad Seeds (sí, la época cuando además de triste estaba furioso) y ese ámbito eléctrico que David Bowie ha creado y pocos han sabido aprovechar. Las diferencias entre estilos, las influencias, la salida de etiquetas se dejan de lado en cuanto la batería se pone al frente de todas las canciones. El ambiente oscuro y melancólico se palpa y, tranquilamente, va “in-crescendo”, para dejarnos ante una obra de corte conceptual. Los riffs son una buena construcción, pero con “Streching out to infinity” (puede que la “balada” más diversa del disco) entramos en ese Universo melódico de disconformidad y una oscuridad que se hace versátil del todo, incluso bailable. Los post-punk que quieran sacar la cabeza de los primeros discos de Dave Gahan ya tienen dónde ir.
Luego pasamos a una etapa más “eléctrica”, donde podemos apreciar un cambio de inspiración, las guitarras ganan en relevancia, los efectos crean, de nuevo, otro tipo de ambiente a la hora de sugerir algo más que melancolía. “Walk into the haze” se convierte en un “aparte” del álbum, es una canción de rock, con un toque progresivo, que deja esas voces oscuras como plato fuerte. Con un cambio de ritmo abrupto que acelera más la calma e incorruptible entonación de la voz que va amenazando de un apocalipsis listo para llegar de la mano de la batería. Con “In the creek” entramos del todo en ese universo aleatorio y poético de, por ejemplo, “The Joy división”, pero con menos toques suicidas, la verdad. El ritmo es limpio, la grabación suena muy apretada y limpia, lo que hace que podamos recrearnos tranquilamente en un disco de búsqueda interior. Cierra “Turns to grey” y con este tema de algo más de 2 minutos caigo en una referencia que me estuvo persiguiendo toda la escucha del disco.
La primera sensación la tuve con “Gaze at the brigthness”, comenzando a tope con una batería que hace lo que quiere y, sinceramente, no queda mal, ni a destiempo, ni desentonada. Y ya las voces, tan “cónicas” como resurgiendo de una cañería melódica, me ha traído, o llevado, hasta el año 1997, y los ecos de las voces tan graves de propósito, los sonidos de una banda que no se queda en ritmos vagos, como en aquel “Album of the year” de Faith No More. La potencia en su medida justa, controlada, la velocidad compositiva para hacer un disco entero con varias referencias a los oídos de aquellos que, aún en pleno 2019, fuimos criados por tipos con una voz que no era capaz de salir a la luz, pero sí abrigarnos dentro de un juego de poemas Dark y una sutil variación de ritmo.
Este disco de Demised, The Fall, tiene todo lo bueno de la evolución de sonidos acordes a una época de desolación social y la banda se apoya en una batería que se multiplica y no desentona en este desierto de buenas canciones, grises por el ánimo, pero de oro por su calidad.
POR: SEBAS ABDALA