El sábado 1 de abril nos acercamos a uno de esos sitios en los que siempre está uno a gusto: la Asociación Orbain Kultur Elkartea de Vitoria-Gasteiz; Y es que, no sólo había ganas de vivir un concierto en esta sala con tanto encanto, sino que mi grupo, Colapso, tocaba con los Orri Berdea (y está feo no ir si eres tú el batería…)
Desde primera hora de la tarde que fuimos a montar, el ambiente fue buenísimo entre las bandas y los miembros de la asociación. Da gusto poder encontrar lugares donde te traten tan bien y el Orbain es uno de esos sitios siempre.
A las 19:30 aproximadamente empezó el concierto de Orri Berdea, banda que en nada estará cumpliendo 20 años en los escenarios, ¡poca broma!. Lo hicieron con “Seguiremos adelante”, tema que da título a su último disco de 2022, y que resumía lo que íbamos a vivir en su concierto: punk rock combativo con letras reivindicativas y sin muchas chorradas.
“Revolución”, “Cuéntale a mamá” o “Nakba” para repasar su discos anteriores nos fueron poniendo a tono a los y las allí presentes mientras la asociación se iba llenando poco a poco. Tras una breve parada “para tocar en el mismo tono” como bromeaba Álvaro, su cantante, nos dejaron un homenaje a los Gatillazo con “Esclavos del siglo XXI”.
A partir de ahí, con el público en el bolsillo y con la banda a gusto en las tablas del Orbain, fueron cayendo canciones de diversas temáticas e idioma porque los madrileños se atreven a cantar en euskera y que, como bromeaban los Colapso, “tienen más canciones que ellos en su idioma”.
Para terminar, llamaron a Julen Colapso para que le echara una mano tocando la trompeta en “Baila secreta” y “Somos”, dos temarracos que ponían fin a un concierto que fue lo que se esperaba y que encajó a la perfección con el lugar. Los Orri dejaron un buen sabor de boca, tanto con su música como con su simpatía.
Después de ellos fue el turno de Colapso, pero como me tocó estar en el escenario no puedo hacer una crónica como tal así que, ¡el que quiera que se pase a vernos otro día! Sólo decir, como comentaba antes, el buen ambiente que se creó y que fue una noche de las que hacen cada vez más falta donde reivindicación, rock’n’roll y compañerismo se dieron la mano. Mención especial (otra vez) a Orbain por el buen trato y porque aún quedan salas en las que se trata el underground como es debido.
Desde aquí, deseamos volvernos a juntar con Orri Berdea porque son un grupo que merece la pena y al cual le deseamos que sigan como hasta ahora o mejor.
Texto y fotos: Andoni Mtz. de Madina