Nueva cita la que teníamos el pasado 14 de abril, Jueves Santo, con nuestros queridos y admirados hermanos, procedentes de Salamanca, El Altar del Holocausto, cuyas sagradas homilías siempre tratamos en esta casa no perdernos y cubrir tan emblemático evento, que siempre deja tan buen sabor de boca y el alma tan purificada y plena. En esta ocasión, más especial si cabe por la señalada fecha religiosa, la cual otorgaba a esta ceremonia de un tinte y aroma de sentimiento, de pureza y de pasión por la muerte en la cruz y resurrección de Jesús de Nazaret, no iba a ser menos. De esta manera nos desplazamos desde Málaga, capital de la Costa del Sol, hasta Murcia, a cubrir un nuevo bolo, como siempre, en la siempre magnífica Garaje Beat Club.
Con la apertura de puertas a las 22:00, al filo de las 22:15 ya empezábamos a hacer cola una congregación de fieles, sedientos del mejor y más original post rock instrumental de nuestro país, y de ese cáliz bendito que expanden con sus manos hacia nuestros oídos. Así fuimos llenando la sala y pudimos contemplar una vez más la maravillosa escenografía del escenario, montado como un Santo Altar, con detalles ornamentales como las ya icónicas rosas blancas, los crucifijos, el cordero, intuimos que de Pascua, sacrificado en el mismo momento de la muerte de Jesús, el cordón blanco que protege el Altar en torno a la batería, custodiada por el gran Reaper Model. Como se puede apreciar, todos elementos cargados de simbología religiosa y bíblica.
Finalmente, a eso de las 23:00, aparecían por fin los esperados músicos, para empezar a deleitarnos con sus descargas eléctricas. Nosotros, que estábamos justo delante del gran (de tamaño y de corazón) SkyBite, teníamos la sensación de que se le quedaba, literalmente, pequeño el escenario de la Garaje. Por cierto, muchísimas gracias por tener el cariñoso gesto con Carmen al regalarle la púa. Eternamente agradecidos con tu detalle. Pronto iba a empezar a dolerme el cuello, cuando ya no pude contenerme al oír la melodía de Because Evident (…), una canción que siempre disfruto como un enano. El respetable también empezaba a calentarse en lo que iba a ser una gran noche. Así se fueron sucediendo los trallazos uno tras otros, mientras los miembros de la banda animaban de lo lindo al público. El EP homónimo del grupo, con dos espléndidas piezas como son Crvcis y Rerrvrrectionem, envolvieron la sala de un sonido hipnótico, mas entre medias introdujeron una canción perteneciente a Trinidad, como es Caridad. Las canciones de este último lanzamiento ponían algo de pausa y serenidad al frenético derroche de las enérgicas descargas que nos caían encima.
Tenemos que reseñar un admirable gesto que tuvo nuestro querido batera Reaper con un asistente en silla de ruedas que vivía con emoción el bolo entre nosotros, descendiendo del Altar para regalarle una camiseta de la banda y un sentido abrazo, noble gesto que desató el merecido aplauso del respetable en señal de reconocimiento y admiración. Con la gente en el bolsillo llegaba la recta final de la tremenda ceremonia, no sin antes agradecernos nuestra presencia y defender, como siempre lo hacen la cultura segura, que, por otro lado, nunca lo fue de otra forma. Momento de piezas clásicas que son ya himnos de los salmantinos, El que es bueno (…) me hizo vibrar con su emocionante melodía y, para cuando llegó Again I say to you (…) se desató la locura y así uno de nuestros hermanos soltó su guitarra, dividió cual Moisés en dos el mar de personas a sus pies, bajó al pasillo creado, como quien baja al inframundo a bailar con el diablo, y se fundió en el esperado pogo cuando rompió la canción. Tras esto quedaba el gran himno que muchos esperaban y que siempre pone la brecha de oro, Lucas I, 26-38 no podía faltar a nuestra cita para cerrar un maravilloso concierto de hora y cuarto.
Se nos hace corto porque tenemos ganas de disfrutar siempre más de El Altar, no podemos evitarlo. La intensidad en sus bolos no se negocia, como la cercanía y buena sintonía que tienen con sus fieles. Van a llegar, porque pueden y deben, muy lejos en nuestro panorama, por calidad musical, que es muchísima, y por la originalidad de su propuesta, tanto musical como escenográfica. Una banda imprescindible para nuestro doom, imperdible, y difícil de encontrar algo parecido. Gracias como siempre, y nos vemos en la siguiente. Que Dios os bendiga, hermanos.
Texto y fotos: Adrián Madueño Alarcón