Llegué pillado de tiempo a Larratxo. Es la tercera o cuarta vez que voy y la verdad es que aparcar si vienes de otra ciudad, tiene su miga. Un vistazo rápido al merchandising, y enseguida se apagaron las luces y empezó a sonar la intro de Taken.
Me acerqué a las primeras filas, más o menos centrado, para disfrutar del show y salieron los de Navarra dispuestos a darlo todo. Esta noche en formato reducido; puesto que solo uno de sus dos teclados estaba sobre el escenario. Empezaron a repasar temas de sus dos discos con un sonido impecable y buen saber hacer, a pesar de lo frío que estaba el público. Lo habitual en la audiencia del norte, por otra parte.
No hace falta mencionar que es una banda de las más destacables en el panorama nacional en lo que a power metal se refiere.
Cuando el público empezaba a entrar en calor, y tras unas palabras emotivas sobre la pandemia y las personas queridas que hemos perdido, hicieron una espectacular “Afterlife”. Un tema de nueve minutos con múltiples partes, que empieza en plan balada, pero que tiene de todo, y funcionó muy bien. Para mí, la parte más destacable de la actuación de Taken.
Continuó el show, y ya llegando al final, el cantante se desprendió del gorro que había lucido durante el concierto para desvelar que se había rapado la cabeza como “homenaje” a Kiske. La banda tocó el clásico de Helloween “I Want Out” y de repente las primeras filas se llenaron de canas. “Los clásicos” que acechaban por las filas de atrás se unieron a la fiesta en las primeras filas y se vivieron los primeros saltos del público.
Taken continuaron con “Wormy Brains” en lo que pensábamos que era el final del show. Pero no. Tras unos cánticos solicitando un bis, salieron y ante la estupefacción del público se hicieron “Halloween” de Helloween, completa. Un final de fiesta que disfrutamos a tope con este tema larguísimo pero legendario.
Las restricciones de la pandemia hicieron que no hubiese barra, y por lo tanto en la media hora escasa que hubo entre bandas, la gente desapareció. Salió fuera a tomar algo, fumar, … Lo que dejó muy desangelado el inicio del show de Skeletoon.
Antes de que empezasen los italianos, palabras de los organizadores del Heavy Jaia, que cumplía 20 años y que daban el relevo a la siguiente generación. Agradecimientos, regalos, detalles… un poco largo, pero correcto.
Y empieza a sonar la intro de los italianos. Nos vamos colocando para ver el show. Mucha gente aún no ha entrado, pero se irán sumando. Skeletoon empiezan a interpretar sus temas de doble bombo rápido y melodías vertiginosas de forma correcta. El sonido no es tan bueno como el que habíamos disfrutado en Taken. Las guitarras quedan muy diluidas en una mezcla en la que destacan la batería y el bajo, la voz se pierde a veces.
Mucho más batiburrillo que la banda anterior, pero aún así están dando un pedazo de show. El cantante se esfuerza por conectar con el público hablándonos en una mezcla de inglés, italiano, castellano e incluso alguna palabra en Euskera, que la audiencia agradece.
Van desgranando los temas de sus cinco discos de lo que ellos mismos califican como “Nerd Metal” con una velocidad asombrosa y con unos agudos a la voz difíciles de creer. Las habilidades de Tomi Fooler al micrófono en directo son una delicia.
Después de un puñado de temas de doble bombo brutal y power metal a raudales, nos deleitan con la balada de su último trabajo. Y a continuación invitan a subir al escenario al cantante de Taken, con el que ya habían colaborado, y hacen a dos voces un temazo que todos disfrutamos.
El show de los italianos prosigue y nos explican que Edguy es una gran influencia para ellos, así que van a hacer una versión… pero oh… eligen “Lavatory Love Machine”. Desde el punto de vista de un servidor uno de los temas más sosos de Edguy, sin solo, sin gracia y que marcó el descalabro total de una banda que jamás recuperó el nivel de sus trabajos de finales de los noventa. Pues bueno, disfrutamos del cover de Edguy, ya más por la fiesta y el cachondeo que por la inquietud musical.
El cantante bajó en varias ocasiones a cantar entre la audiencia, e incluso, bailó con una de las asistentes durante la balada, mientras la interpretaba en medio de la pista. Para el cover de Edguy bajaron del escenario los guitarristas, el bajista, y bueno, hicieron su show y nos echamos unas risas.
Pero los Skeletoon nos tenían reservada otra sorpresa. Como estaban en San Sebastian (por segunda vez, según contaron) iban a tocar un tema que estaba fuera del setlist que llevaban para esta gira. Un tema solo para nosotros. Y se lanzaron a tocar “San Sebastián” de Sonata Arctica. Bastante bien, aunque ellos mismos confesaron que no la habían ensayado mucho.
Para redondear el show, los italianos acabaron con sus canciones más exitosas hasta la fecha “Nemeis” y “Heavy Metal Dreamers” que hicieron las delicias del público.
Me fui con un gran sabor de boca. Los navarros dieron un magnífico show y los italianos, con peor sonido y más barullo, supieron vendernos sus ganas de fiesta y su humor nerd. Una gran noche de power metal y una gran labor de la gente de Heavy Jaia, que allí se quedaron, con sus concursos, sorteos, y fiesta hasta las tantas, pero yo tenía que conducir un par de horas hasta casa y no daba para más.
FOTOS
Crónica y fotos: Pablo Balaustrada