En una época se decía en mi tierra que los terceros discos de las bandas eran muy importantes porque o bien con ellos la banda despegaba del todo o quizás se quedaba en una eterna promesa.
Quizás sin saberlo los madrileños EON se han enfrentado a su tercer álbum con esta premisa o quizás no, quién sabe?, pero lo cierto es que tras un prometedor debut como fue “In [Visible]” en el lejano 2013 y un “Médula”, mucho más completo y trabajado que su predecesor editado en 2016, la banda no ha dejado de crecer tanto en lo musical como en el directo en donde son una auténtica careta de emociones diferentes bajo un mismo sonido: El de su música.
Por eso con este nuevo álbum la banda ha decidido apostarlo todo y como suele ser habitual en ellos, sus mejores armas son las canciones, de ahí que el disco se abra con un cañonazo como “Paria”, un puñetazo en toda la cara en donde la voz de Diego suena mejor que nunca con unos melódicos impresionantes y algunos tonos medio operísticos a lo Howard Jones (Killswitch Engage) en donde prácticamente no tiene rivales, las guitarras de Oriol y Rubén escupen fuego por las 6 cuerdas y se compenetran a la perfección dibujando unas melodías a la medida de la voz mientras que David y Miki no dan tregua con la base rítmica, pero lo más destacado es que todo está perfectamente ejecutado y no presenta apenas fisuras siendo de fácil escucha para el oyente sin que esto reste un ápice de calidad en la composición.
En el siguiente corte “Mi Verdad”, la banda sigue el camino marcado por su predecesora pero quizás es un poquito más melódica y podría gustar tanto a un fan de Skunk D.F. como a uno de Godsmack y a nadie le sorprendería, el estribillo está escrito para ser cantado a pleno pulmón cuando puedan presentarlo en directo y puede ser de las favoritas de los nuevos y no tan nuevos seguidores de la banda.
Pero si quieres algo más potente no te pierdas la brutalisima “Nacimos En Fuego”, con un bestial juego de voces medio guturales y otras más melódicas que suponen una montaña rusa sonora para el oyente y te dejan fundido una vez el tema llega a su fin, esta pieza supone una de las más complejas de EON hasta la fecha y puede ser todo un espectáculo en directo y un desafío también.
Un poco más rockera es “Bala Que Grabé En Tu Nombre”, pero la calidad sigue intacta y esos pasajes melódicos que dibujan las guitarras de Rubén y Oriol son una absoluta delicia y demuestran que como dupla son de las más originales del panorama nacional, los arreglos en la producción no hacen más que engrandecer aún más la canción y ese toque “europeo” les queda muy bien a estos chicos en esta nueva etapa.
El ecuador del disco está marcado por “Caronte” que cumple la función de interludio con una guitarra cuyo punteo parece derramar un mar de lagrimas y se escucha como una especie de lluvia de fondo, lo cual embellece más este puente que sirve para coger aire y encarar la segunda parte del disco.
Esta segunda parte se abre con “Arde” y quizás sea el corte más llamativo del disco por esos loops y samplers electrónicos del principio que pueden sorprender al oyente, pero nada son unos pocos segundos ya que enseguida David empieza a marcar el ritmo como es habitual en él de forma contundente y las guitarras acompañan muy cañeras, además la voz de Diego suena muy potente y su capacidad vocal es simplemente brutal, es sin duda en el disco en donde más partido le ha sacado a su voz y el juego endiablado de esta canción lo pone de manifiesto de forma muy clara y contundente.
El estribillo huele a “HIT” escrito en letras mayúsculas y quien sabe si este puede ser el tema que les lleve a las grandes masas que aún no se han acercado al sonido y al universo de EON.
“Hiel”, recuerda un poco al sonido de bandas como Slipknot y los In Flames más contemporáneos pero sin perder ese toque personal que tiene la banda madrileña, y podría ser una hermana mayor de alguna composición de sus compañeros Somas Cure pero bastante más heavy que ellos, sin que esto suponga algo malo de SC simplemente que podrían compenetrarse ambas formaciones.
El disco va llegando a su fin pero no sin antes dejarnos dos bombazos más, el primero “Calles Que Respiran En Llamas”, es uno de los cortes más cañeros del disco y puede gustar al sector más heavy de sus seguidores pero la melodía sigue muy presente y la voz suena como los ángeles en las partes más accesibles y un cañonazo en los guturales.
Y “Misandria” pone el cierre al disco y lo hace de forma brillante y contundente, muy en la onda de todos los temas anteriores, es bastante oscuro y potente, destacando las subidas y bajadas de tempo y los dobles juegos vocales que en este disco han funcionado a la perfección, haciendo que con cada escucha descubras nuevos matices y secretos en las canciones que antes no te habías percatado, es el colofón perfecto para cerrar “Rubicón” por todo lo alto.
El disco cuenta con una de las portadas más hermosas (diseño y maquetación por José Luis Tienzadel) del metal nacional de la última década obra de la gran Patricia Mateos y fue masterizado en Suecia por el maestro Tony Lindgren (Opeth,Sepultura,Kreator Y Si, Billie Eilish), siendo la guinda del pastel para uno de los mejores discos del año y el mejor disco de EON grabado hasta la fecha.
Podemos estar como he mencionado no sólo ante uno de los mejores discos del 2021 sino del metal español del último lustro sin ir más lejos y puede ser una bomba de relojería que si explota como debe no va a haber quién les pare, avisados quedáis.
Texto Lucas Capeluto